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Objetivo Principal: La Forja de Luke Stone — Libro n° 1
Jack Mars
"Uno de los mejores thrillers que he leГdo este aГ±o."--CrГticas de Libros y PelГculas (referente a Por Todos Los Medios Necesarios)En el muy esperado debut de una nueva serie del exitoso autor Jack Mars, cuando el soldado de Г©lite de las Fuerzas Delta, Luke Stone, de 29 aГ±os, se une a una agencia secreta del gobierno, es enviado a la misiГіn de su vida: una trepidante carrera entre Europa y Oriente Medio para salvar a la hija del Presidente antes de ser decapitada por los terroristas.En OBJETIVO PRINCIPAL (Libro nВє1), vemos la forja de uno de los soldados mГЎs duros y letales del mundo: Luke Stone. Un veterano de 29 aГ±os que ha visto suficientes batallas para toda su vida, Luke es reclutado por el Equipo de Respuesta Especial, una nueva agencia secreta del FBI (dirigida por su mentor, Don Morris) para abordar las operaciones de terrorismo de mayor riesgo en el mundo.Luke, aГєn atormentado por su pasado en tiempos de guerra y reciГ©n casado con una embarazada Becca, es enviado a una misiГіn en Irak, con su nuevo compaГ±ero Ed Newsam, para capturar a un contratista estadounidense deshonesto. Pero lo que comienza como una misiГіn rutinaria se convierte en algo mucho mГЎs grande.Cuando la hija adolescente del Presidente es secuestrada en Europa y mantenida como rehГ©n por terroristas, Luke puede ser el Гєnico en el mundo que pueda salvarla antes de que sea demasiado tarde.OBJETIVO PRINCIPAL es un thriller militar indescriptible, un viaje de acciГіn salvaje que te mantendrГЎ pasando las pГЎginas hasta altas horas de la noche. Marca el esperado inicio de una nueva serie fascinante del nГєmero 1 en ventas Jack Mars, calificado como "uno de los mejores autores de suspense."“Thriller en su mГЎxima expresiГіn.”--Midwest Book Review (referente a Por Todos los Medios Necesarios)TambiГ©n estГЎ disponible la serie THRILLER LUKE STONE, superventas de Jack Mars (7 libros), que comienza con Por Todos los Medios Necesarios (Libro nВє 1), ВЎuna descarga gratuita con mГЎs de 800 reseГ±as de cinco estrellas!
OBJETIVO PRINCIPAL
(LA FORJA DE LUKE STONE — LIBRO 1)
Jack mars
Jack Mars
Jack Mars es un ГЎvido lector y fanГЎtico de toda la vida del gГ©nero thriller. POR TODOS LOS MEDIOS NECESARIOS es el thriller de debut de Jack. A Jack le gusta saber de ti, asГ que no dudes en visitar www.jackmarsauthor.com para unirte a la lista de correo electrГіnico, recibir un libro gratis, recibir regalos gratis, conectarte en Facebook y Twitter, ВЎy mantenerse en contacto!
Copyright В© 2018 por Jack Mars. Todos los derechos reservados. Excepto en lo permitido en la Ley de Derechos de Autor de Estados Unidos de 1976, ninguna parte de esta publicaciГіn puede ser reproducida, distribuida o transmitida de ninguna forma o por ningГєn medio, ni almacenada en una base de datos o sistema de recuperaciГіn, sin el permiso previo del autor. Este libro electrГіnico tiene licencia Гєnicamente para su disfrute personal. Este libro electrГіnico no puede ser revendido o regalado a otras personas. Si desea compartir este libro con otra persona, por favor, compre una copia adicional para cada destinatario. Si estГЎ leyendo este libro y no lo ha comprado, o si no lo ha comprado sГіlo para su uso, devuГ©lvalo y compre su propia copia. Gracias por respetar el duro trabajo de este autor. Esta es una obra de ficciГіn. Los nombres, personajes, asuntos, organizaciones, lugares, eventos e incidentes son producto de la imaginaciГіn del autor o se usan de manera ficticia. Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, es enteramente una coincidencia. Imagen de la cubierta Copyright Getmilitaryphotos, utilizada bajo la licencia de Shutterstock.com.
LIBROS POR JACK MARS
LUKE STONE THRILLER SERIES
POR TODOS LOS MEDIOS NECESARIOS (Libro #1)
SERIE PRECUELA LA FORJA DE LUKE STONE
OBJETIVO PRINCIPAL (Libro #1)
MANDO PRINCIPAL (Libro #2)
LA SERIE DE ESPГЌAS DE KENT STEELE
AGENTE CERO (Libro #1)
OBJETIVO CERO (Libro #2)
CACERГЌA CERO (Libro #3)
CONTENIDO
CAPГЌTULO UNO (#u80f17d80-4ba1-548c-8782-6a9b9c9dcea4)
CAPГЌTULO DOS (#uf4899cdf-e32c-55df-b6aa-89a3ef6ca9fe)
CAPГЌTULO TRES (#u996e5cc6-0c65-5eef-a04f-5e0a8ef71952)
CAPГЌTULO CUATRO (#u1adda0ff-6b6f-57f4-9d13-cfa3c67b8bc8)
CAPГЌTULO CINCO (#u2f87b09d-a328-568d-9b63-e82e5c5c3ecf)
CAPГЌTULO SEIS (#u7498b766-89d9-5f44-91ca-d44505b77495)
CAPГЌTULO SIETE (#u3b2e1eaf-afe1-50c6-90d3-2e5ce20a07f8)
CAPГЌTULO OCHO (#ufad44224-6385-5b86-882f-81424ff86e97)
CAPГЌTULO NUEVE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO DIEZ (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO ONCE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO DOCE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO TRECE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO CATORCE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO QUINCE (#litres_trial_promo)
CAPÍTULO DIECISÉIS (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO DIECISIETE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO DIECIOCHO (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO DIECINUEVE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO VEINTE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO VEINTIUNO (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO VEINTIDOS (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO VEINTITRES (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO VEINTICUATRO (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO VEINTICINCO (#litres_trial_promo)
CAPÍTULO VEINTISÉIS (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO VEINTISIETE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO VEINTIOCHO (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO VEINTINUEVE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO TREINTA (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO TREINTA Y UNO (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO TREINTA Y DOS (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO TREINTA Y TRES (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO TREINTA Y CUATRO (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO UNO
16 de marzo de 2005
14:45 Hora de AfganistГЎn (5:15 Hora del Este)
Base AГ©rea de Bagram
Provincia de ParuГЎn, AfganistГЎn
—Luke, no tienes que hacer esto —dijo el Coronel Don Morris.
El Sargento de primera clase Luke Stone se mantuvo en calma dentro de la oficina de Don. La oficina en sГ estaba dentro de una gloriosa choza Quonset de metal corrugado, no lejos de donde comenzaba la nueva pista de aterrizaje.
La base aГ©rea era un paГs de las maravillas con un sonido constante: habГa excavadoras cavando y pavimentando, trabajadores de la construcciГіn que martilleaban cientos de barracones de madera contrachapada, para reemplazar las tiendas de campaГ±a donde las tropas destacadas aquГ habГan vivido anteriormente y, por si eso no fuera suficiente, habГa ataques con cohetes talibanes desde las montaГ±as circundantes y terroristas suicidas en motocicleta que se lanzaban sobre las barreras delanteras.
Luke se encogiГі de hombros. Su pelo era mГЎs largo que el permitido por las directrices militares. TenГa una barba de tres dГas. Llevaba un traje de vuelo sin ninguna indicaciГіn de rango.
—Sólo estoy siguiendo órdenes, señor.
Don negГі con la cabeza. Su pelo era negro, entremezclado entre gris y blanco. Su rostro parecГa haber sido tallado en granito. De hecho, todo su cuerpo podrГa haberlo sido. Sus ojos azules eran profundos e intensos. El color de su cabello y las lГneas en su rostro eran las Гєnicas seГ±ales de que Don Morris habГa estado vivo en la Tierra durante mГЎs de cincuenta y cinco aГ±os.
Don estaba empaquetando los escasos enseres de su oficina. Uno de los fundadores legendarios de las Fuerzas Delta se retiraba del EjГ©rcito de los Estados Unidos. HabГa sido seleccionado para fundar y administrar una pequeГ±a agencia de inteligencia en Washington, DC, un grupo semiautГіnomo dentro del FBI. Don se referГa a Г©l como unas Fuerzas Delta civiles.
—No te atrevas a llamarme señor, —dijo— y si sólo estás siguiendo órdenes, entonces sigue esta: rechaza la misión.
Luke sonrió. —Me temo que ya no eres mi oficial al mando. Tus órdenes no tienen demasiado peso ya. Señor.
Los ojos de Don se encontraron con los de Luke. Los mantuvo allГ un largo rato.
—Es una trampa mortal, hijo. Dos aГ±os despuГ©s de la caГda de Bagdad, el esfuerzo de guerra en Irak es una cagada total. AquГ, en el paГs de Dios, controlamos el perГmetro de esta base, el aeropuerto de Kandahar, el centro de Kabul y poco mГЎs. AmnistГa Internacional, la Cruz Roja y la prensa europea, todos estГЎn armando jaleo sobre los puntos negros y las prisiones de tortura, incluso aquГ mismo, a trescientos metros de donde estamos. Los jefazos sГіlo quieren cambiar el relato. Necesitan una victoria en mayГєsculas. Y Heath quiere una pluma en su gorra. Eso es todo lo que siempre ha querido. Por nada de eso vale la pena morir.
—El Teniente Coronel Heath ha decidido dirigir la incursión personalmente, —dijo Luke. —Me informaron hace menos de una hora.
Los hombros de Don se desplomaron. Luego asintiГі.
—No me sorprende. —dijo—¿Sabes cГіmo solГamos llamar a Heath? CapitГЎn Ahab. Se fija en algo, algo asГ como una ballena y la perseguirГЎ hasta el fondo del mar. Y estarГЎ feliz de llevarse a todos sus hombres con Г©l.
Don hizo una pausa. SuspirГі.
—Escucha, Stone, no tienes nada que demostrarme; ni a mГ, ni a nadie. Te has ganado un permiso. Puedes rechazar esta misiГіn. Demonios, en un par de meses, podrГas dejar el EjГ©rcito si quisieras y unirte a mГ en Washington DC. Eso me gustarГa.
Ahora Luke casi se riГі. —Don, no todos aquГ son de mediana edad. Tengo treinta y un aГ±os. No creo que un traje y una corbata y el almuerzo en mi escritorio, sea lo mГo todavГa.
Don sostenГa una fotografГa enmarcada en sus manos. Se cernГa sobre una caja abierta. La mirГі fijamente. Luke conocГa bien la foto. Era una instantГЎnea de color descolorido de cuatro jГіvenes sin camiseta, Boinas Verdes, haciendo muecas a la cГЎmara antes de una misiГіn en Vietnam. Don era el Гєnico de esos hombres que todavГa estaba vivo.
—Tampoco es lo mГo, —dijo Don.
MirГі a Luke de nuevo.
—No mueras allà esta noche.
—No pienso hacerlo.
Don miró de nuevo la foto. —Nadie lo hace, —dijo.
Por un momento, mirГі por la ventana los picos nevados del HindГє Kush que se alzaban alrededor de ellos. SacudiГі la cabeza. Su amplio pecho subГa y bajaba. —TГo, voy a echar de menos este lugar.
* * *
—Caballeros, esta misiГіn es un suicidio, —dijo el hombre al frente de la sala. —Y es por eso que envГan a hombres como nosotros.
Luke se sentГі en una silla plegable, en la sala de reuniones hecha de bloques de cemento; otros veintidГіs hombres estaban sentados en las sillas a su alrededor. Eran todos operarios de las Fuerzas Delta, lo mejor de lo mejor. Y la misiГіn, como la habГa entendido Luke, era difГcil, pero no necesariamente suicida.
El hombre que daba esta Гєltima sesiГіn informativa era el Teniente Coronel Morgan Heath, un comandante tan prГЎctico y entusiasta como el que mГЎs. Aun con cuarenta aГ±os, estaba claro que las Delta no eran el final del camino para Heath. Se habГa posicionado en su rango actual y sus ambiciones parecГan apuntar hacia un perfil mГЎs alto. PolГtica, tal vez un contrato para un libro, quizГЎ una temporada en la televisiГіn como experto militar.
Heath era guapo, estaba muy en forma y era excesivamente ​​impaciente. Eso no era inusual en un miembro de las Delta. Pero tambiГ©n hablaba mucho. Y eso no era tГpico de las Delta en absoluto.
Luke lo habГa visto una semana antes, concediГ©ndole una entrevista a un reportero y a un fotГіgrafo de la revista Rolling Stone y adiestrando a los muchachos sobre las avanzadas capacidades de navegaciГіn y sigilo de un helicГіptero MH-53J (no era necesariamente informaciГіn clasificada, pero definitivamente no era el tipo de cosas que quieres compartir con todos).
Stone casi le instГі a que lo hiciera. Pero no lo hizo.
No lo hizo, no porque Heath estuviera por encima de Г©l (eso no importaba en las Delta o no deberГa importar), sino porque se podГa imaginar de antemano la respuesta de Heath:
—¿Crees que los talibanes leen revistas de pop americanas, Sargento?
Ahora, la presentaciГіn de Heath era tecnologГa de Гєltima generaciГіn, comparada con los diez aГ±os anteriores, un PowerPoint sobre fondo blanco. Un joven con turbante y barba oscura apareciГі en la pantalla.
—Todos ustedes conocen a su hombre, —dijo Heath. —Abu Mustafa Faraj al-Jihadi naciГі en algГєn momento alrededor de 1970 entre una tribu de nГіmadas al este de AfganistГЎn o en las regiones tribales del oeste de PakistГЎn. Probablemente no tuvo educaciГіn formal de la que hablar y su familia posiblemente cruzГі la frontera como si ni siquiera hubieran estado allГ. Al Qaeda corre por sus venas. Cuando los soviГ©ticos invadieron AfganistГЎn en 1979, segГєn todos los informes, se uniГі a la resistencia como un niГ±o soldado, posiblemente tendrГa como unos ocho o nueve aГ±os. DespuГ©s de todo este tiempo, dГ©cadas de guerra sin descanso y, por alguna razГіn, todavГa respira. Demonios, todavГa estГЎ vivito y coleando. Creemos que es el responsable de organizar al menos una veintena de importantes ataques terroristas, incluidos los ataques suicidas del pasado octubre en Mumbai y el atentado al USS Sarasota en el puerto de AdГ©n, en el que murieron diecisiete marineros estadounidenses.
Heath hizo una pausa para provocar efecto. MirГі a todos en la habitaciГіn.
—Este tipo es una mala noticia. Cogerlo será la mejor alternativa para derribar a Osama bin Laden. ¿Queréis ser héroes? Esta es vuestra noche.
Heath hizo clic a un botГіn en su mano. La foto en la pantalla cambiГі. Ahora era una imagen dividida: a un lado del borde vertical habГa una toma aГ©rea del complejo de al-Jihadi, justo a las afueras de una pequeГ±a aldea; al otro lado habГa una representaciГіn tridimensional de lo que se creГa que era la casa de al-Jihadi. La casa tenГa dos pisos, estaba hecha de piedra, construida contra una colina empinada; Luke sabГa que era posible que la parte posterior de la casa estuviera conectada a una red de tГєneles.
Heath iniciГі una descripciГіn de cГіmo irГa la misiГіn. Dos helicГіpteros, doce hombres en cada uno. Los helicГіpteros se instalarГan en un campo, justo por fuera de las paredes del complejo, descargarГan a los hombres, luego despegarГan nuevamente y proporcionarГan apoyo aГ©reo.
Los doce hombres del Equipo A, el equipo de Luke y Heath, derribarГan las paredes, entrarГan en la casa y asesinarГan a Al-Jihadi. Si era posible, se llevarГan el cuerpo en una camilla y lo devolverГan a la base. Si no, lo fotografiarГan para su posterior identificaciГіn. El Equipo B se quedarГa a cargo de defender los muros y del acceso al complejo desde el pueblo.
Los helicГіpteros volverГan a aterrizar y recogerГan a ambos equipos. Si por alguna razГіn los helicГіpteros no pudieran aterrizar de nuevo, los dos equipos se dirigirГan a una antigua base de artillerГa estadounidense abandonada, en una ladera rocosa a menos de medio kilГіmetro fuera de la aldea. La recogida se llevarГa a cabo allГ, o los equipos se mantendrГan en la antigua base hasta que la extracciГіn pudiera llevarse a cabo. Luke se sabГa todo esto de memoria, pero no le gustaba la idea de atrincherarse en esa antigua base de artillerГa.
—¿Y si esa base de artillerГa estГЎ comprometida? —dijo.
—¿Comprometida en qué sentido? —dijo Heath.
Luke se encogiГі de hombros. —No lo sГ©, dГgamelo usted. Una trampa explosiva, custodiada por francotiradores talibanes o utilizada por pastores de ovejas como un lugar para reunir su rebaГ±o.
Alrededor de la sala, algunas personas se rieron.
—Bueno, —dijo Heath —las imГЎgenes mГЎs recientes de nuestros satГ©lites muestran el lugar vacГo. Si hay ovejas allГ arriba, entonces habrГЎ ropa de cama agradable y mucha comida. No se preocupe, Sargento Stone, esto va a ser un ataque preciso de decapitaciГіn. Dentro y fuera, desaparecemos casi antes de que se den cuenta de que estamos allГ. No vamos a necesitar la antigua base de artillerГa.
* * *
—Madre de Dios, Stone, —dijo Robby MartГnez. —Tengo un mal presentimiento sobre esto, tГo. Mira esta noche, no hay luna, el viento corre frГo, aullador. Vamos a morder el polvo, seguro. Vamos a ver el infierno esta noche, lo sГ©.
MartГnez era pequeГ±o, delgado, de semblante afilado. No habГa una pizca de carne desperdiciada en su cuerpo. Cuando hacГa ejercicio con pantalones cortos y sin camisa, parecГa un dibujo de la anatomГa humana, cada grupo de mГєsculos cuidadosamente delineado.
Luke estaba revisando e inspeccionando su mochila y sus armas.
—Siempre tienes un mal presentimiento, MartГnez, —dijo Wayne Hendricks. Estaba sentado al lado de Luke. —Por la forma en que hablas, cualquiera pensarГa que nunca antes has visto un combate.
Hendricks era el mejor amigo de Luke en el ejГ©rcito. Era grande y de cuerpo grueso, como los campesinos del centro-norte de Florida, donde habГa crecido cazando jabalГes con su padre. Le faltaba el diente delantero derecho: le dieron un puГ±etazo en una pelea en un bar de Jacksonville cuando tenГa diecisiete aГ±os y nunca lo reemplazГі. Г‰l y Luke no tenГan casi nada en comГєn, excepto el fГєtbol: Luke habГa sido quarterback en su equipo de la universidad, Wayne habГa jugado como tight end. Aun asГ, encajaron en el mismo instante en que se vieron por primera vez en el comando 75.
ParecГa que lo hacГan todo juntos.
La esposa de Wayne estaba embarazada de ocho meses. La esposa de Luke, Rebecca, estaba de siete meses. Wayne tenГa una niГ±a en camino y le habГa pedido a Luke que fuera su padrino. Luke tenГa un niГ±o en camino y le habГa pedido a Wayne que fuera el padrino del niГ±o. Una noche, mientras se emborrachaban en un bar a las afueras de Fort Bragg, Luke y Wayne se cortaron las palmas de la mano derecha con un cuchillo serrado y se dieron la mano.
Hermanos de sangre.
MartГnez sacudiГі la cabeza. —Sabes dГіnde he estado, Hendricks. Y sabes lo que he visto. De todos modos, no te estaba hablando a ti.
Luke mirГі por el portГіn abierto. MartГnez tenГa razГіn, la noche era frГa y ventosa. El polvo helado soplaba a travГ©s de la plataforma, cuando los helicГіpteros se preparaban para el despegue. Las nubes se deslizaban por el cielo, iba a ser una mala noche para volar.
De todos modos, Luke se sentГa confiado. TenГan lo que necesitaban para ganar esta batalla. Los helicГіpteros eran MH-53J Pave Lows, los helicГіpteros de transporte mГЎs avanzados y potentes del arsenal de los Estados Unidos.
TenГan un moderno radar de seguimiento del terreno, lo que significaba que podГan volar muy bajo. TenГan sensores infrarrojos para poder volar con mal tiempo y alcanzar una velocidad mГЎxima de 165 kilГіmetros por hora. Estaban blindados con una armadura, para repeler todo lo que no fuera la artillerГa mГЎs pesada que pudiera tener el enemigo. Y los transportaba el 160Вє Regimiento de AviaciГіn de Operaciones Especiales del EjГ©rcito de EE.UU., de nombre en clave Cazadores Nocturnos, las Fuerzas Delta de pilotos de helicГіpteros, (probablemente, los mejores pilotos de helicГіpteros del mundo).
La redada estaba programada para una noche sin luz de luna, de modo que los helicГіpteros pudieran acceder al ГЎrea de operaciones a ras de suelo, sin ser detectados. Los helicГіpteros iban a utilizar el terreno montaГ±oso y las tГ©cnicas de contorno tГЎctico para llegar al complejo sin aparecer en el radar y alertar a cualquier persona hostil, (especialmente a los servicios militares y de inteligencia pakistanГes, que se sospechaba que cooperaban con los talibanes para ocultar el objetivo).
Con amigos como los pakistanГes...
Los edificios bajos de la base aГ©rea y la torre de control de vuelo se encogieron ante el asombroso telГіn de fondo de las montaГ±as cubiertas de nieve. Cuando Luke mirГі por la compuerta, dos aviones de combate despegaron a medio kilГіmetro de distancia, el rugido de sus motores era casi ensordecedor. Un momento despuГ©s, los jets rompieron la barrera del sonido en algГєn lugar en la distancia. Los despegues fueron ruidosos, pero los estallidos sГіnicos fueron silenciados por el viento a gran altura.
El motor del helicГіptero cobrГі vida. Las hГ©lices del rotor empezaron a girar, al principio lentamente, luego con una velocidad creciente. Luke mirГі a lo largo de la lГnea. Diez hombres con monos y cascos, sin incluirse a sГ mismo, estaban revisando y repasando compulsivamente su equipo. El duodГ©cimo, el Teniente Coronel Heath, estaba recostado en la cabina, en la parte delantera del helicГіptero, hablando con los pilotos.
—Te lo estoy diciendo, Stone, —dijo MartГnez.
—Te he oГdo la primera vez, MartГnez.
—La buena suerte no dura para siempre, tГo, los buenos dГas se acaban.
—No me preocupo porque, en mi caso, no es suerte, —dijo Wayne. —Es habilidad.
MartГnez se burlГі de eso.
—¿Un gran bastardo gordo como tГє? Tienes suerte cada vez que una bala no te atraviesa. Eres la cosa mГЎs grande y lenta que hay aquГ.
Luke reprimiГі una carcajada y volviГі a centrarse en su equipo. Sus armas incluГan un rifle de asalto HK416 y un MP5 para peleas cuerpo a cuerpo. Las armas estaban cargadas y tenГa municiГіn adicional metida en los bolsillos. TenГa una pistola SIG P226, cuatro granadas, una herramienta para cortar y romper y unas gafas de visiГіn nocturna. Este dispositivo de visiГіn nocturna en particular era el GPNVG-18, mucho mГЎs avanzado y con un campo de visiГіn mucho mГЎs amplio que las gafas de visiГіn nocturna estГЎndar que se ofrecГan a los tГpicos militares.
Estaba listo para la fiesta.
Luke sintiГі que el helicГіptero despegaba. MirГі hacia arriba, estaban en movimiento. A su izquierda, vio el segundo helicГіptero, tambiГ©n dejando su plataforma.
—Vosotros dos sois los hombres vivos más afortunados, en lo que a mà respecta, —dijo.
—¿Ah, sГ? —dijo MartГnez. —¿Eso por quГ©?
Luke se encogió de hombros y sonrió. —Estás montando conmigo.
* * *
El helicГіptero volГі bajo y rГЎpido.
Las colinas rocosas zumbaban debajo de ellos, tal vez sesenta metros mГЎs abajo, casi lo suficientemente cerca como para tocarlas. Luke observГі la profunda oscuridad a travГ©s de la ventana. Supuso que se estaban moviendo a mГЎs de cien kilГіmetros por hora.
La noche era negra y volaban sin luces. Ni siquiera podГa ver el segundo helicГіptero ahГ fuera.
ParpadeГі y, en su lugar, vio a Rebecca. Ella sГ era algo que merecГa la pena contemplar. No tanto por los detalles fГsicos de su rostro y su cuerpo, que eran realmente hermosos, sino por su esencia. En los aГ±os que habГan estado juntos, Г©l habГa llegado a ver mГЎs allГЎ de lo fГsico. Pero el tiempo pasaba muy rГЎpido. La Гєltima vez que la vio, ВїcuГЎndo fue eso, hace dos meses? Su embarazo acababa de empezar a notarse.
Necesito volver.
Luke mirГі hacia abajo, a su MP5, que estaba sobre su regazo. Por una fracciГіn de segundo, casi parecГa estar viva, como si de repente decidiera comenzar a disparar por su cuenta. ВїQuГ© estaba haciendo con esta cosa? TenГa un hijo en camino.
—¡Caballeros! —gritó una voz. Luke casi se salió de su cuerpo. Levantó la vista y Heath se paró frente al grupo. —Nos acercamos al objetivo, tiempo estimado unos diez minutos aproximadamente. Acabo de recibir un informe de la base. Los fuertes vientos han levantado un montón de polvo, nos vamos a encontrar con un poco de mal tiempo desde aquà hasta el objetivo.
—FantГЎstico —dijo MartГnez. MirГі a Luke, con ojos significativos.
—¿QuГ© se supone que significa eso, MartГnez? —dijo Heath.
—¡Me encanta el clima, seГ±or! —gritГі MartГnez.
—¿Ah, s� —dijo Heath. —¿Y eso por qué?
—Aumenta el peligro hasta doce veces. Hace la vida más emocionante.
Heath asintiГі. —Buen chico. ВїQuieres emociГіn? Pues parece que podrГamos estar aterrizando en condiciones cero-cero.
A Luke no le gustГі cГіmo sonaba eso. Cero-cero significaba cero cielo, cero visibilidad. Los pilotos se verГan obligados a dejar que el sistema de navegaciГіn del helicГіptero les hiciera el avistamiento. Eso estaba bien, lo peor era el polvo. AquГ, en AfganistГЎn, era tan fino que fluГa casi como el agua. PodГa aparecer a travГ©s de las grietas mГЎs pequeГ±as. PodГa entrar en los engranajes y en las armas. Las nubes de polvo podГan causar apagones, ocultando por completo cualquier obstГЎculo hostil, que pudiera estar esperando en la zona de aterrizaje.
Las tormentas de polvo acechaban las pesadillas de cada soldado aerotransportado en AfganistГЎn.
Como si fuera una seГ±al, el helicГіptero se estremeciГі y recibiГі un golpe de viento lateral. Y asГ, se metieron de lleno dentro de la tormenta de polvo. El sonido fuera del helicГіptero cambiГі; hacГa un momento, todo lo que se podГa oГr era el fuerte zumbido de los rotores y el rugido del viento. Ahora, el sonido del polvo arremolinГЎndose y golpeando el exterior del helicГіptero competГa con los otros dos sonidos. Sonaba casi como la lluvia.
—¡Informe del polvo! —gritó Heath.
Los hombres estaban en las ventanas, mirando hacia fuera, a la nube que echaba chispas.
—¡Polvo en la rueda de la cola! —gritó alguien.
—¡Polvo en la compuerta de carga! —dijo MartГnez.
—¡Polvo en el equipo de aterrizaje!
—¡Polvo en la puerta de la cabina!
En segundos, el helicГіptero fue engullido. Heath repitiГі cada intervenciГіn en sus auriculares. Ahora estaban volando a ciegas, el helicГіptero atravesaba un cielo espeso y oscuro.
Luke se quedГі mirando la arena que golpeaba las ventanas. Era difГcil creer que todavГa estuvieran en el aire.
Heath se llevГі una mano al casco.
—Pirata 2, Pirata 2… sГ, copia. Adelante, Pirata 2.
Heath tuvo contacto por radio con el otro equipo de la misiГіn, por dentro de su casco. Al parecer, el segundo helicГіptero lo estaba llamando por la tormenta.
El escuchГі.
—Negativo a lo de regresar a la base, Pirata 2. Continua según lo planeado.
Los ojos de MartГnez se encontraron con los de Luke de nuevo. SacudiГі la cabeza. El helicГіptero se sacudiГі y se bamboleГі. Luke mirГі a los hombres en lГnea. Eran luchadores endurecidos, pero ninguno de ellos parecГa ansioso por continuar esta misiГіn.
—Negativo el aterrizaje forzoso, Pirata 2. Te necesitamos en esto...
Heath se detuvo y escuchГі de nuevo.
—¿Mayday? ¿Ya?
EsperГі. Ahora miraba a Luke, sus ojos eran estrechos y duros. No parecГa asustado, parecГa frustrado.
—Los he perdido. Ese era nuestro apoyo. ¿Alguno de vosotros puede verlos ahà fuera?
MartГnez mirГі por la ventana. GruГ±Гі. Ya ni siquiera era de noche. No habГa nada que ver fuera, sГіlo polvo marrГіn.
—Pirata 2, Pirata 2, ¿me recibes? —dijo Heath.
EsperГі un momento.
—Adelante, Pirata 2. Pirata 2, Pirata 2.
Heath hizo una pausa. Ahora escuchaba.
—Pirata 2, informe de estado. Estado…
SacudiГі la cabeza y mirГі a Luke de nuevo.
—Se han estrellado.
Escuchó de nuevo. —Sólo lesiones menores. Helicóptero desactivado, motores muertos.
De repente, Heath golpeГі la pared cerca de su cabeza.
—¡Maldita sea!
MirГі a Luke. —Hijo de puta. Los muy cobardes, han abandonado. SГ© que lo han hecho. QuГ© casualidad que sus instrumentos han fallado, se han perdido en la tormenta y se han estrellado a siete kilГіmetros de un campamento de la DivisiГіn de la DГ©cima MontaГ±a. QuГ© oportuno, van a caminar hasta allГ.
Hizo una pausa. Se le escapГі un suspiro. —¿No es el colmo? Nunca pensГ© que verГa a una unidad de Fuerzas Delta hacer “DD” en una misiГіn.
Luke lo mirГі. Las siglas DD corresponden a done deal. Significaba desaparecer, esconderse, retirarse. Heath sospechaba que los del Pirata 2 pusieron fin a la operaciГіn por su cuenta. Tal vez lo habГan hecho, tal vez no. Pero podrГa estar en lo cierto.
—SeГ±or, creo que deberГamos dar la vuelta —dijo Luke. п‚ѕO tal vez deberГamos aterrizar. No tenemos unidad de apoyo y creo que nunca he visto una tormenta...
Heath negó con la cabeza. —Negativo, Stone. Continuamos con unas pequeñas modificaciones: un equipo de seis hombres asalta la casa y otro equipo de seis hombres contiene los alrededores.
—Señor, con el debido respeto, ¿cómo va a aterrizar y despegar de nuevo este helicóptero?
—No hay aterrizaje —dijo Heath. —Nos vamos a deslizar por una la cuerda hacia abajo. Entonces el helicóptero podrá volar en vertical y encontrar la parte más alta de esta tormenta, dondequiera que esté. Podrán volver cuando tengamos el objetivo asegurado.
—Morgan... —comenzГі Luke, dirigiГ©ndose a su oficial superior por su nombre de pila, una concesiГіn que sГіlo podrГa permitirse en algunos lugares, uno de ellos las Fuerzas Delta.
Heath negó con la cabeza. —No, Stone, quiero a al-Jihadi y voy a cogerlo. Esta tormenta duplica nuestro elemento sorpresa: nunca se esperarán que salgamos del cielo en una noche como esta. Recuerde mis palabras, vamos a ser leyendas después de esto.
Hizo una pausa, mirando directamente a los ojos de Stone. —Tiempo estimado cinco minutos. Asegúrese de tener listos a sus hombres, Sargento.
* * *
—Está bien, está bien —gritó Luke sobre el rugido de los motores, las hélices del helicóptero y la arena que chocaba contra las ventanas.
—¡Escuchad! —las dos lГneas de hombres lo miraban fijamente, con sus trajes y cascos, con las armas listas. Heath lo miraba desde el otro extremo. Eran los hombres de Luke y Heath lo sabГa. Sin el liderazgo y la cooperaciГіn de Luke, Heath podrГa tener rГЎpidamente un motГn encima. Durante una fracciГіn de segundo, Luke recordГі lo que Don habГa dicho:
SolГamos llamarlo CapitГЎn Ahab.
—El plan de la misiГіn ha cambiado. Pirata 2 estГЎ jodido cien por cien. Pasamos al Plan B. MartГnez, Hendricks, Colley, Simmons. VenГs conmigo y con el Teniente Coronel Heath, somos el Equipo A. Nos meteremos en la casa, eliminaremos cualquier oposiciГіn, identificaremos el objetivo y lo eliminaremos. Nos vamos a mover muy rГЎpido, asГ que estad preparados, Вїentendido?
MartГnez, como siempre: —Stone, ВїcГіmo planeas hacer de esto un asalto de doce hombres? Es uno de veinticuatro hombres...
Luke lo miró fijamente. —He dicho: ¿entendido?
Varios gruГ±idos y murmuraciones indicaron que lo entendГan.
—Nadie se nos resistirá —dijo Luke. —Si alguien dispara, o siquiera enseña un arma, están fuera de juego. ¿Copia?
MirГі por las ventanas. El helicГіptero luchaba a travГ©s de una tormenta de mierda marrГіn, moviГ©ndose rГЎpido, pero muy por debajo de su velocidad mГЎxima. La visibilidad de ahГ fuera era cero, menos que cero. El helicГіptero se estremeciГі y se sacudiГі como confirmando esa evaluaciГіn.
—Copia —dijeron los hombres a su alrededor. —Entendido.
—Packard, Hastings, Morrison, Dobbs, Murphy, Bailey. Vosotros sois el Equipo B. Equipo B, nos apoyГЎis y nos cubrГs. Cuando bajemos, dos de vosotros protegГ©is el lugar de aterrizaje, dos controlГЎis el perГmetro cerca de las compuertas. Cuando entremos, dos avanzan y protegen el frente de la casa. TambiГ©n serГ©is los Гєltimos hombres en salir. Agudizad los ojos, andaos con cuidado. Nadie se mueve contra nosotros. Eliminad toda resistencia, cualquier enemigo posible. Este lugar estГЎ destinado a ponerse mГЎs caliente que el infierno. Vuestro trabajo es enfriarlo.
Los mirГі a todos.
—¿Os ha quedado claro?
Le siguiГі un coro de voces, cada una de diferente profundidad y timbre.
—Claro.
—Claro.
—Claro.
Luke se agachГі en la bodega de la tropa. SintiГі ese conocido hilo de miedo, de adrenalina, de emociГіn. Se habГa tragado una Dexedrina justo despuГ©s del despegue y estaba empezando a surtir efecto. De repente se sentГa mГЎs agudo y mГЎs alerta que antes.
ConocГa los efectos de la droga. Su ritmo cardГaco aumentaba, sus pupilas se dilataban, dejaban entrar mГЎs luz y mejoraban su visiГіn. Su audiciГіn era mГЎs aguda, tenГa mГЎs energГa, mГЎs resistencia y podГa permanecer despierto durante mucho tiempo.
Los hombres de Luke se sentaban en el filo de sus bancos, los ojos puestos en Г©l. Sus pensamientos iban por delante de su capacidad para hablar.
—Niños —dijo. —Tened cuidado. Sabemos que hay mujeres y niños en el complejo, algunos de ellos familiares del objetivo. No vamos a disparar a mujeres y niños esta noche. ¿Copia?
Voces resignadas respondieron.
—Entendido.
—Copia.
Era inevitable en estas incursiones, el objetivo siempre vivГa entre mujeres y niГ±os. Las misiones siempre ocurrГan de noche. Siempre habГa confusiГіn, los niГ±os tendГan a hacer cosas impredecibles. Luke habГa visto a hombres dudar si matar a niГ±os y luego pagar el precio, cuando los niГ±os resultaban ser soldados que no dudaban en matarlos a ellos. Para empeorar las cosas, sus compaГ±eros de equipo luego matarГan a los niГ±os soldados, diez segundos demasiado tarde.
La gente morГa en la guerra. MorГan repentinamente y con frecuencia por las razones mГЎs extravagantes, como no querer matar niГ±os, que morГan un minuto mГЎs tarde de todos modos.
—Dicho esto, no muráis ahà fuera esta noche. Y no dejéis morir a vuestros hermanos.
El helicГіptero siguiГі avanzando, pasando a travГ©s de la oscuridad, que bufaba y chillaba. El cuerpo de Luke se mecГa y rebotaba con el helicГіptero. Fuera, habГa suciedad y arena volando alrededor de ellos. EstarГan ahГ fuera en unos momentos a partir de ahora.
—Si cogemos a estos tipos durmiendo, podrГamos tener las cosas fГЎciles. Seguro que no nos esperan esta noche. Quiero dejarme caer, atrapar al objetivo en diez minutos y subir de nuevo en quince minutos.
El helicГіptero se mecГa y se sacudГa; luchaba por permanecer en el aire.
Luke hizo una pausa y cogiГі aire.
—¡No dudéis! Tomad la iniciativa y mantenedla. Presionadlos y apretadlos. Haced que tengan miedo, haced las cosas con naturalidad.
Esto despuГ©s de decirles que vigilaran a los niГ±os. Estaba enviando mensajes contradictorios, lo sabГa. TenГa que ceГ±irse al guiГіn, pero era difГcil. Una noche oscura, una tormenta de polvo perturbadora, un helicГіptero que se habГa venido abajo antes de que comenzara la misiГіn y un oficial al mando que no darГa media vuelta.
Un pensamiento pasГі por su mente, rГЎpido como un lГЎser, tan rГЎpido que casi no lo reconociГі.
Abortar. Abortar esta misiГіn.
MirГі a las dos lГneas de hombres. Ellos le devolvieron la mirada. El entusiasmo normal que estos tipos mostraban estaba ausente. Un montГіn de pares de ojos miraban por las ventanas.
La arena se esparcГa contra el helicГіptero. Era como si el helicГіptero fuera un submarino bajo el agua, excepto que el agua estaba hecha de polvo.
Luke podГa abortar la misiГіn, podГa anular a Heath. Estos tipos le seguirГan por encima de Heath; eran sus hombres, no los de Heath. La recompensa serГa el infierno, por supuesto. Heath irГa a por Г©l y Don tratarГa de proteger a Luke.
Pero Don serГa un civil.
Los cargos serГan, en el mejor de los casos, una insubordinaciГіn y, en el peor, un motГn. Un juicio militar estaba prГЎcticamente garantizado. Luke conocГa los precedentes: una orden lunГЎtica y suicida no era necesariamente una orden ilegal. PerderГa cualquier caso de juicio militar.
SeguГa mirando a los hombres. TodavГa lo estaban mirando. PodГa verlo en sus ojos, o pensaba que podГa:
CancГ©lalo.
Luke se sacГі eso de la cabeza.
MirГі a Wayne. Wayne arqueГі las cejas y se encogiГі de hombros.
Depende de ti.
—EstГЎ bien, muchachos —dijo Luke. —Golpead fuerte y rГЎpido esta noche, sin perder el tiempo. Entramos, hacemos nuestro trabajo y volvemos a salir. Confiad en mГ, esto no dolerГЎ mucho.
CAPГЌTULO DOS
22:01 Hora de AfganistГЎn (13:01 Hora del este)
Cerca de la frontera con PakistГЎn
Distrito de Kamdesh
Provincia de NurestГЎn, AfganistГЎn
—¡Vamos! —gritó Luke. —¡Vamos! ¡Vamos! ¡Vamos!
Dos gruesas cuerdas descendieron por la compuerta exterior del helicГіptero. Los hombres se dejaron caer, luego desaparecieron en el remolino de polvo. PodrГan estar a trescientos metros en el aire, o a tres metros por encima del suelo.
El viento aullaba, todo estaba rociado de arena y tierra cortantes. La cara de Luke estaba cubierta por una mГЎscara de gas. Г‰l y Heath fueron los Гєltimos en salir. Heath llevaba una mГЎscara similar: parecГan dos supervivientes de una guerra nuclear.
Heath mirГі a Luke. Su boca se moviГі debajo de la mГЎscara.
—¡Vamos a ser leyendas, Stone!
Luke presionГі el botГіn verde de START en su cronГіmetro. SerГa mejor que esto fuese rГЎpido.
MirГі por debajo de Г©l. No podГa ver ni una maldita cosa por allГ, ni en ningГєn lado. Todo estaba cuestiГіn de fe. CruzГі por un lado y cayГі en una oscuridad sombrГa. Dos segundos despuГ©s, tal vez tres, tocГі el suelo con fuerza. El aterrizaje enviГі una onda de choque a travГ©s de sus piernas.
SoltГі la cuerda y mirГі a su alrededor, tratando de orientarse.
Heath aterrizГі un segundo despuГ©s.
Hombres con mГЎscaras aparecieron de la penumbra: MartГnez y Hendricks. Hendricks hizo un gesto detrГЎs de Г©l.
—¡Ahà está la pared!
Algo grande se alzaba allГ. De acuerdo, esa era la pared del complejo. Un par de luces tenues brillaban sobre ella.
Hendricks estaba diciendo algo, pero Luke no podГa oГrlo.
—¿Qué?
—¡Ellos lo saben!
ВїEllos lo saben? ВїQuiГ©n? ВїQuГ© saben?
Por encima de sus cabezas, el sonido de los motores del helicГіptero cambiГі cuando comenzГі a elevarse. De repente, una luz brillante brotГі de la parte superior de la pared.
Algo les pasГі rozando, chirriando mientras lo hacГa.
Un mortero.
—¡Ya vienen! —gritó Luke. —¡Ya vienen!
A su alrededor, vagas sombras se arrojaron al suelo.
Otros dos destellos de luz mГЎs fueron lanzaron.
Luego otro.
Luego otro.
ВїCГіmo lo sabГan?
En la oscuridad negra del cielo, algo explotГі. EstallГі en un naranja y un rojo apagados. En la tormenta de arena, la explosiГіn sonГі como el crepitar de un trueno lejano. El helicГіptero fue golpeado.
Desde su posiciГіn avanzada en el suelo, Luke lo vio dar vueltas en el cielo, una raya naranja contra la negrura. Daba vueltas hacia la derecha, ahora girando. Sus motores rugieron y Luke pensГі que podГa escuchar el sonido de sus cuchillas.
Whump. Whump. Whump. Whump.
ParecГa moverse a cГЎmara lenta, a un lado y hacia abajo. IluminГі la noche como una bengala al pasar sobre el muro de piedra del complejo.
ВЎBUUUM!
ExplotГі al otro lado de la pared, dentro del recinto. Una bola de fuego subiГі dos o tres pisos de altura. Por un instante, Luke imaginГі que todo habГa terminado. El helicГіptero derribado, los pilotos muertos. El helicГіptero de apoyo inoperante. Estaban atrapados aquГ y los talibanes parecГan saber que iban a venir.
Pero el helicГіptero habГa explotado dentro del recinto, como una bomba.
Y eso podrГa darles la iniciativa.
Varios hombres con mГЎscaras yacГan cerca.
MartГnez, Hendricks, Colley, Simmons. Su equipo.
Heath tenГa que estar por aquГ en alguna parte.
—¡Arriba! —gritó Luke. —¡Arriba! ¡Vamos!
Se puso de pie, arrastrando a la persona mГЎs cercana con Г©l. En un instante, todos estaban en funcionamiento, una docena de hombres, moviГ©ndose rГЎpido. La visiГіn nocturna era inГєtil. Las luces eran inГєtiles y atraerГan el fuego. Simplemente corrieron, dando vueltas en la oscuridad.
En diez segundos, llegaron a la pared. Luke escogiГі ir a la izquierda y se dirigiГі hacia allГ, abrazando la piedra. A los pocos segundos, llegГі a la entrada. AllГ estaba el helicГіptero, un apocalipsis. Unas pocas siluetas corrГan a la luz de las llamas, alejando a los heridos.
Luke no dudГі. CorriГі a travГ©s de la entrada, con su MP5 fuera. Les dio una rГЎfaga con la pistola, un estallido de fuego automГЎtico. Ahora las siluetas se estaban escapando, de vuelta hacia otra sombra que se avecinaba, las luces haciendo seГ±as en el caos.
La casa.
Sus hombres corrГan con Г©l.
MГЎs adelante, las siluetas de los hombres se retiraban corriendo por el pequeГ±o tramo de escaleras hasta la casa de piedra. Luke corriГі escaleras arriba detrГЎs de ellos.
Dos hombres se encontraron de cara con la puerta, sacando armas automГЎticas de sus hombros. Llevaban largas barbas y el turbante de los talibanes.
ВЎPOP! ВЎPOP! ВЎPOP! ВЎPOP! ВЎPOP!
Luke disparГі sin pensarlo. Los dos hombres cayeron.
De repente, hubo una explosiГіn detrГЎs de Г©l. MirГі hacia atrГЎs, era imposible ver lo que estaba pasando. Se metiГі en la casa. Un instante despuГ©s, cuatro hombres mГЎs aparecieron a su lado: su Equipo A. Tomaron posiciones de tiro en el vestГbulo de piedra, mirando hacia el resto de la casa.
Se quitaron las mГЎscaras de ventilaciГіn simultГЎneamente, casi como si fueran una sola persona. MartГnez fue hacia los talibanes derribados y disparГі a cada uno en la cabeza. No tocГі a ninguno de ellos.
—¡Muerto! —dijo.
Estaba mГЎs tranquilo aquГ.
—LГder del Equipo B —dijo Luke a travГ©s del micrГіfono de su casco. —¿Estado?
Heath entrГі corriendo a la casa desde fuera de la oscuridad.
—LГder del Equipo B...
—Estamos conteniendo la puerta principal —dijo una voz dentro del casco de Luke. Era Murphy, su acento del Bronx era inconfundible. —¡Stone! Esto no pinta bien. ¡Ha sido una emboscada! ¡Nos estaban esperando!
—Tú contén la puerta, Murph, saldremos en un par de minutos.
—SerГЎ mejor que te des prisa, tГo. Alguien sabГa que venГamos, no pasarГЎ mucho tiempo antes de que vengan mГЎs y no puedo ver a mГЎs de tres metros delante de mi nariz.
El equipo de Luke ya se habГa movido mГЎs adentro de la casa. El calor entrГі justo detrГЎs de ellos.
—Aguanta ahГ, estamos dentro.
—Hazlo rápido —dijo la voz de Murphy. —No sé si estaremos aquà cuando salgas.
—¡Murphy! ¡Mantén esa puerta! Saldremos enseguida.
—SГ, sà —dijo Murphy.
Luke se volviГі hacia el pasillo oscuro.
ApareciГі otro hombre, un hombre grande con una tГєnica blanca. LogrГі alcanzar su gatillo, pero disparГі de forma salvaje. Luke se arrodillГі, tenГa al hombre en el punto de mira.
ВЎPOP! Un cГrculo rojo oscuro apareciГі en su pecho.
ParecГa sorprendido, pero luego se deslizГі, dГ©bil, al suelo.
Ahora Luke se movГa a travГ©s de los oscuros pasillos, escuchando los sonidos de arriba. No tuvo mucho que escuchar.
ВЎBANG!
ExplotГі una granada, luego otra.
ВЎBANG!
Hubo gritos y disparos por delante. Luke se moviГі lentamente hacia ellos, serpenteando a lo largo de la pared. Ahora habГa sonidos detrГЎs de Г©l, en el suelo, fuego automГЎtico y explosiones.
Luke mirГі su cronГіmetro. Llevaban en tierra menos de cuatro minutos y toda la misiГіn ya era un desaguisado.
—¡Stone!
La voz de Murphy otra vez. —Hay problemas. Enemigo a las puertas. Repito: puertas de entrada bajo ataque. Enemigos convergentes, hombres caГdos. Hastings ha caГdo, Bailey ha caГdo. Estamos retrocediendo hacia la casa.
—Uh, negativo, Equipo B. ¡Contened esas puertas!
—No hay nada que contener —dijo Murphy. ¡Lo están destrozando! Tienen un arma antitanque ahà afuera.
—Aguantad de todos modos, es nuestra única salida.
—¡Maldita sea, Stone!
—Murphy! ¡Contén esas puertas!
Luke corriГі mГЎs adentro de la casa.
HabГa gritos justo delante de Г©l. CorriГі por una puerta, cruzГі el umbral...
Y se topГі con una escena de caos total.
HabГa por lo menos quince personas en una gran sala trasera. Los suelos estaban cubiertos de gruesas alfombras superpuestas. Las paredes estaban bien decoradas con tapices, ornamentados y de colores ricos que representan vastos paisajes: desiertos, montaГ±as, selvas, cascadas.
Simmons estaba muerto. Estaba tendido de espaldas, su cuerpo extendido, sus ojos abiertos, mirando fijamente. TenГa el casco quitado y faltaba un trozo de su cabeza por encima de los ojos. TambiГ©n habГa dos mujeres muertas y un niГ±o pequeГ±o, un varГіn, estaba muerto. Tres hombres con tГєnicas y turbantes estaban muertos. AquГ habГa habido una masacre, habГa armas y sangre por todo el suelo.
En la parte posterior, cerca de una puerta cerrada, habГa una masa de personas de pie. Una multitud de hombres con tГєnicas y turbantes sostenГan niГ±os frente a ellos y apuntaban con los rifles hacia afuera. DetrГЎs de los hombres, otro hombre estaba al acecho: estaba lo suficientemente oculto como para que Luke apenas pudiera verlo.
Г‰l debГa ser el objetivo.
Alrededor de la habitaciГіn, el equipo de Luke se agachГі o se arrodillГі, todavГa como estatuas, sus armas apuntando hacia el grupo, en busca de un blanco. El Teniente Coronel Heath estaba en el centro de la habitaciГіn, su ametralladora MP5 apuntaba a la multitud.
—Está bien —dijo Luke. —Está bien. Que nadie haga na...
—¡Suelten esas armas! —gritó Heath en inglés. Sus ojos eran salvajes, estaba concentrado en una sola cosa: conseguir a esa ballena.
—¡Heath! —dijo Luke. —Relájate, hay niños. Podemos…
—Veo a los niños, Stone.
—Asà que vamos a...
Heath disparГі, una rГЎfaga en modo automГЎtico.
Al instante, Luke se echГі cuerpo a tierra, al estallar los disparos en todas direcciones. Se cubriГі la cabeza, se hizo un ovillo y dio la espalda a la acciГіn.
El tiroteo durГі varios segundos. Incluso despuГ©s de detenerse, algunos disparos continuaron, uno cada pocos segundos, como los Гєltimos estallidos de unas palomitas de maГz. Cuando finalmente terminГі, Luke levantГі la cabeza. El grupo de personas junto a la puerta cerrada yacГa en una pila, retorciГ©ndose.
Heath habГa sido derribado, pero a Luke no le importaba. Heath habГa sido la causa de esta pesadilla.
Otro de los hombres de Luke habГa sido derribado, en la esquina. Dios, quГ© desastre, tres hombres caГdos y un nГєmero indeterminado de civiles muertos.
Luke se puso de pie. Otros dos hombres se levantaron al mismo tiempo. Uno era MartГnez, el otro era Colley. MartГnez y Colley se dirigieron hacia la pila de personas cerca de la parte de atrГЎs, moviГ©ndose lentamente, con las armas aГєn desenfundadas.
Luke mirГі alrededor de la habitaciГіn, habГa cadГЎveres por todas partes. Simmons estaba muerto y Heath... tenГa un enorme agujero que le perforaba la cabeza donde antes habГa tenido la cara, el cuerpo no tenГa rostro. Luke no sintiГі nada al respecto. Esta era la misiГіn de Heath, habГa ido tan mal como era posible y ahora Heath estaba muerto.
Y un hombre mГЎs habГa sido derribado.
ParecГa un complicado problema de matemГЎticas, pero en realidad, era una simple resta que cualquiera podrГa hacer. La mente de Luke no funcionaba correctamente, lo reconocГa: seis hombres habГan entrado aquГ. Heath y Simmons estaban muertos. MartГnez, Colley y Stone todavГa seguГan de pie. Eso significaba que el Гєltimo hombre que habГa caГdo sГіlo podГa ser...
Luke corriГі hacia el hombre. SГ, era Г©l, era Hendricks. Wayne.
WAYNE.
TodavГa se estaba moviendo.
Luke se arrodillГі junto a Г©l y se quitГі el casco.
Los brazos y piernas de Wayne se movГan lentamente, casi como si estuviera pisando agua.
—¡Wayne! ¡Wayne! ¿Dónde te han dado?
Los ojos de Wayne se pusieron en blanco, buscando a Luke. SacudiГі la cabeza y empezГі a llorar. Respiraba pesadamente, casi jadeando en busca de aire.
—Oh, amigo... —dijo Wayne.
—¡Wayne! Háblame.
Fervorosamente, Luke comenzГі a desabrochar el chaleco antibalas de Wayne.
—¡Un médico! —gritó. —¡Un médico!
Un instante despuГ©s, Colley estaba allГ, arrodillado detrГЎs de Г©l. —Simpson era el mГ©dico; yo soy el de apoyo.
Wayne habГa sido alcanzado en el pecho. De alguna manera, la metralla se habГa metido por debajo de su chaleco. Las manos de Luke lo palparon. TambiГ©n habГa recibido un disparo en la parte superior de la pierna y eso era peor que en el pecho, con diferencia. Sus pantalones estaban empapados de sangre. Su arteria femoral debГa haberse daГ±ado. La mano de Luke saliГі chorreando sangre, habГa sangre por todas partes. HabГa un charco bajo el cuerpo de Wayne, era un milagro que todavГa estuviera vivo.
—DГselo a Katie —dijo Wayne.
—¡CГЎllate! —dijo Luke. —Vas a decГrselo tГє mismo.
La voz de Wayne era apenas un susurro.
—Cuéntaselo…
Wayne parecГa estar mirando algo muy lejano. Se lo quedГі mirando y luego tuvo que mirar dos veces, como si estuviera confundido por lo que estaba viendo. Un instante despuГ©s, sus ojos se quedaron inmГіviles.
Se quedГі mirando a Luke. Su boca estaba floja, no habГa nadie.
—Oh Dios, Wayne. No.
Luke mirГі a Colley, como si le viera por primera vez. Colley parecГa joven, apenas lo bastante mayor para afeitarse. Eso no podГa ser, por supuesto. El hombre estaba en las Fuerzas Delta, era un asesino entrenado, un profesional consumado. Pero su cuello parecГa tan grueso como el antebrazo de Luke. ParecГa como si estuviera nadando vestido.
—Hazle un chequeo —dijo Luke, aunque ya sabГa lo que dirГa Colley. Se reclinГі en una posiciГіn con las piernas cruzadas y se quedГі sentado asГ durante un largo rato. Tuvieron un dГa libre en la Academia Militar una vez. Un grupo de muchachos estaba jugando un partido de fГєtbol. Era un dГa caluroso y el partido era camisetas contra sin camisetas. Luke se pasГі el partido apuntando rayos lГЎser a este paleto grande, gordo y malhablado, al que le faltaba un diente en la parte frontal.
—Wayne.
—Se ha ido —dijo Colley.
AsГ, Wayne estaba muerto. El hermano de sangre de Luke, el padrino del hijo nonato de Luke. Luke dejГі escapar un largo suspiro de impotencia.
En la guerra, Luke lo sabГa, las cosas eran asГ. En un segundo, tu amigo, o tu hermana, o tu esposa o tu hijo, estaban vivos. Al segundo siguiente, se habГan ido. No habГa manera de echar atrГЎs ese reloj, ni siquiera un segundo.
Wayne estaba muerto. Estaban muy lejos de casa y esta noche acababa de empezar.
—¡Stone! —dijo MartГnez.
Luke se puso de pie una vez mГЎs. MartГnez estaba de pie junto a la pila de cadГЎveres que una vez habГan protegido al objetivo. Todos ellos parecГan estar muertos, todos menos uno, el hombre que se habГa quedado escondido detrГЎs. Era alto, todavГa joven, con una larga barba negra, un poco salpicada de gris. YacГa entre los caГdos, lleno de agujeros, pero vivo.
MartГnez le apuntГі con una pistola.
—¿Cuál es el nombre del tipo? ¿El que estamos buscando?
—¿Abu Mustafa Faraj al-Jihadi? —dijo Luke. No era realmente una pregunta. No era nada, solo una cadena de sГlabas.
El hombre asintiГі, no dijo nada. ParecГa que tenГa dolores.
Luke sacГі una pequeГ±a cГЎmara digital de dentro de su chaleco. La cГЎmara estaba cubierta de goma dura. PodrГas estrellarla contra el suelo y no se romperГa. JugueteГі con ella un segundo y luego tomГі unas cuantas fotos del hombre. ComprobГі las imГЎgenes antes de apagar la cГЎmara. Estaban bien, no exactamente de una calidad profesional, pero Luke no trabajaba para el National Geographic. Todo lo que necesitaba era una prueba. MirГі con desprecio al lГder terrorista.
—Lo tenemos —dijo Luke. —Gracias por jugar.
ВЎBANG!
MartГnez disparГі una vez y la cabeza del hombre se hizo pedazos.
—MisiГіn cumplida —dijo MartГnez. SacudiГі la cabeza y se alejГі.
La radio de Luke crepitaba.
—¡Stone! ¿Dónde estás?
—Murphy. ¿Cuál es la situación?
La voz de Murphy se entrecortaba. —EstГЎ habiendo un baГ±o de sangre aquГ. He perdido a tres hombres, pero nos hemos apoderado de una de sus armas grandes y nos hemos abierto paso. Si queremos salir de aquГ, tenemos que irnos AHORA MISMO.
—Saldremos en un minuto.
—Yo no tardarГa tanto tiempo —dijo Murphy. —No, si quieres vivir.
* * *
Seis hombres corrГan por el pueblo.
DespuГ©s de toda esa lucha, el lugar era como un pueblo fantasma. En cualquier momento, Luke esperaba disparos o cohetes que salieran chirriando de las pequeГ±as casas, pero no pasГі nada. Ni siquiera parecГa haber gente aquГ.
De vuelta por donde habГan venido, el humo se elevaba. Las paredes del recinto habГan sido destruidas. El helicГіptero aГєn ardГa, las llamas crepitaban en medio de un silencio inquietante.
Luke podГa oГr la respiraciГіn pesada de los otros hombres, corriendo cuesta arriba con su equipo y sus armas. En diez minutos, llegaron a la antigua base de operaciones avanzadas, en la ladera rocosa fuera de la aldea.
Para sorpresa de Luke, el lugar estaba bien. No habГa suministros escondidos allГ, por supuesto, pero los sacos terreros todavГa estaban en su lugar y la ubicaciГіn daba una vista imponente del ГЎrea circundante. Luke podГa ver las luces encendidas en las casas y el helicГіptero en llamas.
—MartГnez, mira a ver si puedes localizar a Bagram por radio. Necesitamos una extracciГіn, el juego del escondite ha terminado. Diles que envГen una fuerza imperiosa. Tenemos que volver a entrar en ese complejo y sacar a nuestros hombres.
MartГnez asintiГі. —Te lo dije, tГo, a todos se nos acaba la suerte.
—No me lo digas, MartГnez, sГЎcanos de aquГ, Вїvale?
—Está bien, Stone.
Era una noche oscura. La tormenta de arena habГa pasado, todavГa tenГan armas. A lo largo de la muralla llena de arena, sus hombres cargaban municiones y revisaban el equipo.
No era imposible que...
—Murphy, enciende una bengala hacia arriba —dijo. —Quiero echar un vistazo a lo que nos estamos enfrentando.
—¿Y revelar nuestra posición? —dijo Murphy.
—Creo que, probablemente, ya saben dónde estamos —dijo Luke.
Murphy se encogiГі de hombros y reventГі una bengala en mitad de la noche.
La llamarada se moviГі lentamente a travГ©s del cielo, proyectando sombras espeluznantes sobre el terreno rocoso que quedaba por debajo. El suelo casi parecГa estar hirviendo. Luke se quedГі mirando fijamente, tratando de darle sentido a lo que estaba viendo. AllГ abajo habГa mucha actividad, era como una granja de hormigas o una plaga de ratas.
HabГa hombres, cientos de hombres se movГan metГіdicamente, sus equipos y sus armas tomando posiciГіn.
—Supongo que tienes razГіn —dijo Murphy. —Saben que estamos aquГ.
Luke mirГі a MartГnez.
—MartГnez, ВїcuГЎl es la situaciГіn de esa extracciГіn?
MartГnez sacudiГі la cabeza. —Dicen que es inГєtil. No hay mГЎs que terribles tormentas de arena entre la base y aquГ. Cero visibilidad. Ni siquiera pueden elevar los helicГіpteros en el aire. Dicen de aguantar hasta por la maГ±ana. Se supone que el viento se calmarГЎ despuГ©s de la salida del sol.
Luke lo miró fijamente. —Tienen que intentarlo.
MartГnez se encogiГі de hombros. —No pueden. Si los helicГіpteros no vuelan, los helicГіpteros no vuelan. OjalГЎ hubieran llegado esas tormentas antes de que nos fuГ©ramos.
Luke se quedГі mirando a la masa de talibanes en las colinas debajo de ellos. Se volviГі hacia MartГnez.
MartГnez abriГі la boca como para decir algo.
Luke lo señaló. —No lo digas, sólo prepárate para pelear.
—Siempre estoy listo para pelear —dijo MartГnez.
Los disparos comenzaron unos instantes despuГ©s.
* * *
MartГnez estaba gritando.
—¡Están llegando desde todas direcciones!
Sus ojos estaban muy abiertos, sus armas se habГan agotado. HabГa cogido un AK-47 de un talibГЎn y estaba acosando a todos los que cruzaban el muro. Luke lo mirГі con horror. MartГnez era una isla, un pequeГ±o bote en un mar lleno de combatientes talibanes.
Y se estaba hundiendo, estaba desapareciendo, debajo de una pila.
Estaban tratando de sobrevivir hasta el amanecer, pero el sol se negaba a salir. Las municiones se habГan acabado, hacГa frГo y Luke iba sin camiseta. Se la habГa arrancado en el calor del combate.
Los combatientes talibanes, con turbante y barba, se abalanzaban sobre los muros del puesto de avanzada. Los hombres gritaban a su alrededor.
Un hombre se acercГі al muro con un hacha de metal.
Luke le disparГі en la cara. El hombre cayГі muerto contra los sacos terreros, ahora Luke tenГa el hacha. Se metiГі entre los combatientes que rodeaban a MartГnez, balanceГЎndose de forma salvaje. HabГa sangre esparcida. Los hizo picadillo, a golpe de hacha.
MartГnez reapareciГі, de nuevo en pie, apuГ±alando con la bayoneta.
Luke enterrГі el hacha en el crГЎneo de un hombre, tan profundo, que no pudo sacarla. Incluso con la adrenalina en su cuerpo, no le quedaban fuerzas. MirГі a MartГnez.
—¿Estás bien?
MartГnez se encogiГі de hombros. SeГ±alГі los cuerpos a su alrededor. —He estado mejor antes, tambiГ©n te lo digo.
HabГa un AK-47 a los pies de Luke. Lo recogiГі y mirГі la municiГіn. VacГo. Luke la tirГі y sacГі su pistola. DisparГі hacia la trinchera, que estaba invadida por enemigos. Una fila de ellos corrГa en esa direcciГіn. Otros mГЎs vinieron deslizГЎndose, dejГЎndose caer, saltando por encima del muro.
ВїDГіnde estaban sus hombres? ВїAlguien mГЎs estaba vivo?
MatГі al hombre mГЎs cercano de un tiro en la cara. La cabeza explotГі como un tomate cherry. AgarrГі al hombre por la tГєnica y lo sostuvo como si fuera un escudo. El hombre sin cabeza era ligero, era como si el cadГЎver fuera una armadura vacГa.
MatГі a cuatro hombres con cuatro disparos. SiguiГі disparando.
Luego se quedГі sin balas otra vez.
Un talibГЎn iba cargando un AK-47, con la bayoneta ajustada. Luke empujГі el cadГЎver hacia Г©l, luego lanzГі su arma como un hacha de guerra. RebotГі en la cabeza del hombre, distrayГ©ndolo por un segundo. Luke utilizГі ese tiempo para entrar en modo de ataque, deslizГЎndose a lo largo del borde de la bayoneta. MetiГі dos dedos en los ojos del hombre y tirГі.
El hombre gritГі. Se llevГі las manos a la cara. Ahora Luke tenГa el rifle. ApuГ±alГі a su enemigo en el pecho, dos, tres, cuatro veces. Lo empujГі profundamente.
El hombre soplГі sus Гєltimas palabras en el rostro de Luke.
Las manos de Luke vagaban por el cuerpo del hombre. El cadГЎver fresco tenГa una granada en el bolsillo del pecho. Luke la agarrГі, la sacГі y la arrojГі por encima del terraplГ©n a las hordas que se aproximaban.
Г‰l se tirГі al suelo.
BUUUM.
La explosiГіn fue justo allГ, rociando tierra, rocas, sangre y huesos. La pared de sacos de arena se derrumbГі sobre Г©l.
Luke se puso de pie, sordo ahora, con los oГdos zumbГЎndole. ComprobГі el AK. VacГo. Pero todavГa tenГa la bayoneta.
—¡Vamos, bastardos! —gritó. —¡Venga!
MГЎs hombres venГan por el muro y los apuГ±alГі en un estado de frenesГ. Los despedazГі y los desgarrГі con sus propias manos. Les disparГі con sus propias armas.
Un hombre se acercГі a lo que quedaba de la muralla. No era un hombre, mГЎs bien era un niГ±o, no tenГa barba. No necesitaba una navaja de afeitar, su piel era suave y oscura, sus ojos marrones estaban redondos de terror. ApretГі las manos contra su pecho.
Luke se enfrentГі a este niГ±o, el niГ±o quizГЎs tenГa catorce aГ±os. HabГa mГЎs que venГan detrГЎs de Г©l. Se deslizaron y se estrellaron contra la barrera. El pasadizo estaba repleto de cadГЎveres.
ВїPor quГ© estГЎn sus manos puestas asГ?
Luke sabГa por quГ©, era un terrorista suicida.
—¡Granada! —gritó Luke, incluso aunque no hubiera nadie vivo para escucharlo.
Se lanzГі hacia atrГЎs, cavando debajo de un cuerpo, luego de otro. HabГa tantos, se arrastrГі y se arrastrГі, cavando hacia el centro de la Tierra, colocando una manta de hombres muertos entre Г©l y el niГ±o.
ВЎBUUUM!
OyГі la explosiГіn, amortiguada por los cuerpos y sintiГі la ola de calor. EscuchГі los gritos de la siguiente ola de muerte. Pero entonces vino otra explosiГіn y otra.
Y otra.
Luke estaba decayendo por las conmociones cerebrales. Tal vez habГa sido golpeado, tal vez se estaba muriendo. Si esto era morirse, no era tan malo, no habГa dolor.
PensГі en el niГ±o: un adolescente flaco, ancho por el medio, como un hombre con torso fornido. El niГ±o llevaba un chaleco suicida.
PensГі en Rebecca, por ahГ con el niГ±o.
La oscuridad se lo llevГі.
* * *
En algГєn momento, el sol habГa salido, pero no habГa calor en Г©l. La lucha se habГa detenido por alguna razГіn y Г©l no podГa recordar cuГЎndo, o cГіmo, habГa terminado. El terreno era escarpado y duro. HabГa cadГЎveres por todas partes. Hombres flacos y barbudos yacГan por todo el suelo, con los ojos muy abiertos y mirando fijamente.
Luke. Su nombre era Luke.
Estaba sentado encima de un montГіn de cuerpos. Se habГa despertado debajo de ellos y se habГa arrastrado desde debajo de ellos como una serpiente.
HabГan sido apilados ahГ como trozos de leГ±a. No le gustaba sentarse sobre ellos, pero era conveniente. Era lo suficientemente alto como para darle una visiГіn de la colina, a travГ©s de los restos del muro de sacos terreros, pero lo mantenГan lo suficientemente bajo como para que nadie, excepto un francotirador muy bueno, pudiera dispararle.
Los talibanes no tenГan muchos francotiradores que fueran muy buenos. Algunos, pero no muchos y la mayorГa de los talibanes de por aquГ, ahora parecГan estar muertos.
Cerca, vio a uno que se arrastraba cuesta abajo por la colina, dejando una lГnea de sangre, como el rastro de babas que sigue a un caracol. Realmente deberГa salir y matar a ese tipo, pero no querГa arriesgarse a ponerse al descubierto.
Luke se mirГі a sГ mismo, no tenГa buen aspecto. Su pecho estaba teГ±ido de rojo, estaba empapado en la sangre de los hombres muertos. Su cuerpo temblaba de hambre y de agotamiento. Se quedГі mirando las montaГ±as circundantes, que aparecГan ante su vista a medida que el dГa se iluminaba. Realmente era un bonito dГa, este era un paГs hermoso.
ВїCuГЎntos mГЎs habГa por ahГ? ВїCuГЎnto tiempo pasarГa antes de que llegaran?
SacudiГі la cabeza. No lo sabГa. En realidad no importaba. Ninguno en absoluto probablemente serГa demasiado.
MartГnez estaba tendido de espaldas, cerca de la zanja. Estaba llorando y no podГa mover las piernas. HabГa tenido suficiente, querГa morirse. Luke se dio cuenta de que llevaba un rato ignorando a MartГnez.
—Stone —dijo. —Oye, Stone. ВЎOye! MГЎtame, tГo, simplemente mГЎtame. Oye, ВЎStone! ВЎEscГєchame, tГo!
Luke estaba entumecido.
—No voy a matarte, MartГnez, te pondrГЎs bien. Vamos a salir de aquГ y los mГ©dicos te van a ayudar. AsГ que vale ya... Вїde acuerdo?
Cerca de allГ, Murphy estaba sentado en un peГ±Гіn de rocas, mirando al vacГo. Ni siquiera estaba intentando ponerse a cubierto.
—¡Murph! Baja de ahГ. ВїQuieres que un francotirador te dГ© con una bala en la cabeza?
Murphy se volviГі y mirГі a Luke. Sus ojos simplemente estaban... idos. SacudiГі la cabeza. Un suspiro profundo escapГі de Г©l, sonaba casi como una risa. Se quedГі justo donde estaba.
Mientras Luke le observaba, Murphy sacГі una pistola. Era increГble que todavГa tuviera un arma encima. Luke habГa estado luchando con sus manos desnudas, con piedras y con objetos afilados durante...
No sabГa cuГЎnto tiempo.
Murphy puso el caГ±Гіn de la pistola a un lado de su cabeza, mirando a Luke todo el tiempo. ApretГі el gatillo.
Clic.
ApretГі el gatillo unas cuantas veces mГЎs.
Clic, clic, clic, clic... clic.
—Descargada —dijo.
TirГі el arma lejos. CayГі estrepitosamente colina abajo.
Luke mirГі el arma rebotar. ParecГa durar mГЎs de lo que Г©l nunca hubiera esperado. Finalmente, se deslizГі hasta detenerse en un pedregal de rocas sueltas. MirГі a Murphy de nuevo. Murphy simplemente se quedГі sentado allГ, mirando a la nada.
Si venГan mГЎs talibanes, estarГan acabados. A ninguno de estos tipos les quedaban muchas fuerzas y la Гєnica arma que Stone aГєn tenГa era la bayoneta doblada en sus manos. Por un momento, pensГі distraГdamente en rebuscar entre algunos de estos tipos muertos en busca de armas. No sabГa si le quedaban fuerzas para ponerse en pie. Puede que, en su lugar, tuviera que arrastrarse.
Una lГnea de insectos negros apareciГі en el cielo desde muy lejos. Supo lo que eran en ese mismo instante, helicГіpteros. HelicГіpteros militares de los Estados Unidos, probablemente Halcones Negros. La caballerГa se acercaba, pero Luke no se sintiГі ni bien, ni mal por ello.
No sintiГі nada en absoluto.
CAPГЌTULO TRES
19 de marzo
De noche
Un aviГіn sobre Europa.
—¿Están ustedes cómodos?
—SГ, seГ±or —dijo Luke.
Murphy no respondiГі. Se sentГі en un sillГіn reclinable al otro lado del estrecho pasillo de donde estaba Luke, mirando por la ventana a la vacГa oscuridad. Estaban en un pequeГ±o jet, decorado casi como si fuera la sala de estar de alguien. Luke y Murphy se sentaban en la parte de atrГЎs, mirando hacia adelante. Al frente habГa tres hombres, incluido un coronel de las Fuerzas Delta y un general condecorado del PentГЎgono. TambiГ©n habГa un hombre vestido de civil.
DetrГЎs de los hombres habГa dos boinas verdes, en posiciГіn vigilante.
—¿Especialista Murphy? —dijo el general. —¿Está cómodo?
Murphy bajГі la persiana de la ventanilla. —SГ, estoy bien.
—Murphy, ¿sabe cómo hay que dirigirse a un oficial superior? —dijo el coronel.
Murphy se apartГі de la ventanilla. MirГі directamente a los hombres por primera vez.
—Ya no estoy en su ejército.
—En ese caso, ¿por qué está en este avión?
Murphy se encogiГі de hombros. —Alguien me ofreciГі dar un paseo. No hay muchos vuelos comerciales que salgan de AfganistГЎn en estos dГas, asГ que pensГ© que serГa mejor coger este.
El hombre vestido de civil mirГі hacia la puerta de la cabina.
—Si ya no estГЎ en el ejГ©rcito, supongo que siempre podrГamos pedirle que se fuera. Por supuesto, hay un largo camino hasta el suelo.
Murphy siguiГі los ojos del hombre.
—Hazlo, te prometo que vendrás conmigo.
Luke sacudiГі la cabeza. Si esto fuera un patio de recreo, casi sonreirГa. Pero esto no era un patio de recreo y estos hombres estaban extremadamente serios.
—EstГЎ bien, Murph —dijo. —CГЎlmate un poco. Yo estaba en esa colina contigo y nadie de este aviГіn nos puso allГ.
Murphy se encogiГі de hombros. —EstГЎ bien, Stone. —mirГі al general. —SГ, estoy cГіmodo, seГ±or. Muy cГіmodo, gracias.
El general mirГі los papeles que tenГa delante.
—Gracias, caballeros, por su servicio. Especialista Murphy, si está interesado en que se le dé de baja en sus obligaciones de forma anticipada, le sugiero que lo comente con su comandante cuando regrese a Fort Bragg.
—De acuerdo—, dijo Murphy.
El general mirГі hacia arriba. —Como saben, esta ha sido una misiГіn difГcil, que no ha ido exactamente como se habГa planeado. Me gustarГa aprovechar la oportunidad para familiarizarme con los hechos ocurridos en esta incursiГіn. Tengo los registros del informe de la misiГіn, de cuando ambos regresaron a Bagram. SegГєn el testimonio y la evidencia fotogrГЎfica, reconozco que la misiГіn en general ha sido un Г©xito. ВїEstarГa de acuerdo con eso, Sargento Stone?
—Eh... si por la misiГіn en general, se refiere a encontrar y asesinar a Abu Mustafa Faraj, entonces sГ, seГ±or. Supongo que ha sido un Г©xito.
—Eso es lo que he querido decir, Sargento. Faraj era un peligroso terrorista y el mundo es un lugar mejor, ahora que se ha ido. ¿Especialista Murphy?
Murphy mirГі al general. A Luke le quedГі claro que Murphy ya no estaba allГ. Estaba mejor que la maГ±ana siguiente a la batalla, pero no mucho.
—¿S� —dijo.
El general apretГі los dientes. MirГі a los hombres a su izquierda y su derecha.
—¿Cuál es su evaluación de la misión, por favor?
Murphy asintió. —Oh. ¿La que acabamos de hacer?
—SГ, Especialista Murphy.
Murphy tardГі varios segundos en responder, parecГa estar pensando en ello.
—Bueno, perdimos a nueve chicos de las Delta y dos pilotos de helicГіpteros. MartГnez estГЎ vivo, pero tiene los huevos revueltos. AdemГЎs, matamos a un grupo de niГ±os, segГєn me han dicho, e incluso a algunas mujeres. HabГa montones de tipos muertos en el suelo. Me refiero a cientos de chicos muertos. Y supongo que allГ tambiГ©n habГa un famoso terrorista, pero nunca lo lleguГ© a ver, asГ que... algo a lo estamos acostumbrados, supongo que se podrГa decir. Parece que es asГ cГіmo van estas cosas. Este no ha sido mi primer rodeo, si sabes a quГ© me refiero.
MirГі a Luke al otro lado del pasillo.
—Stone parece estar bien. Y con respecto a mГ, no me he hecho ni un rasguГ±o. PodrГa decir con seguridad que ha ido bien.
Los oficiales miraron a Murphy.
—Señor —dijo Luke. —Creo que lo que el Especialista Murphy está intentando decir y verá en mi testimonio que estoy de acuerdo, es que la misión estaba mal concebida y probablemente mal supervisada. El Teniente Coronel Heath era un hombre valiente, señor, pero tal vez no fuera un estratega o un táctico muy bueno. Después de que se estrellara el primer helicóptero, le pedà que abortara la misión y se negó. También fue responsable personalmente de la muerte de varios civiles y probablemente de la muerte del cabo Wayne Hendricks.
De forma absurda, decir el nombre de su amigo casi hizo llorar a Luke. Los estaba disgustando de nuevo, este no era el momento ni el lugar.
El general volvió a mirar su papeleo. —¿Y, sin embargo, está de acuerdo en que la misión ha sido un éxito? ¿El objetivo de la misión ha sido alcanzado?
Luke pensГі en eso un largo rato. En el sentido militar propiamente dicho, habГan logrado el objetivo de la misiГіn, eso era cierto. HabГan matado a un terrorista que estaba en busca y captura y tal vez en algГєn momento, eso salvarГa vidas. Incluso podrГa llegar a salvar muchas mГЎs vidas de las que se habГan perdido.
AsГ era como estos hombres querГan definir el Г©xito.
—¿Sargento Stone?
—SГ, seГ±or, estoy de acuerdo.
El general asintiГі. TambiГ©n lo hizo el coronel. El hombre vestido de civil no respondiГі.
El general reuniГі sus papeles y se los entregГі al coronel.
—Bien —dijo. —Caballeros. pronto aterrizaremos en Alemania, y luego me despedirГ© de ustedes. Antes de hacerlo, quiero remarcar que creo que han hecho un gran trabajo y que deberГan estar muy orgullosos. Obviamente, ustedes son hombres valientes y muy hГЎbiles en sus trabajos. Su paГs tiene con ustedes una deuda de gratitud, una que nunca se les podrГЎ pagar apropiadamente y tampoco serГЎ reconocida de manera pГєblica.
Hizo una pausa.
—Por favor, reconozcan que la misión de matar a Abu Mustafa Faraj al-Jihadi, aunque fue un éxito, no se produjo. No existe en ningún registro, ni existirá jamás. Los hombres que perdieron la vida como parte de esta misión murieron en unas maniobras de entrenamiento durante una tormenta de arena.
Los mirГі, ahora con ojos duros.
—¿Entendido?
—SГ, seГ±or —dijo Luke, sin dudarlo. El hecho de que estuvieran haciendo desaparecer esta misiГіn no le sorprendiГі lo mГЎs mГnimo. Г‰l tambiГ©n la harГa desaparecer, si pudiera.
—¿Especialista Murphy?
Murphy levantГі una mano y se encogiГі de hombros. —Es tu problema, tГo. Creo que nunca he estado en una misiГіn que haya existido.
CAPГЌTULO CUATRO
23 de marzo
16:35 horas
Mando de Operaciones Especiales del EjГ©rcito de los Estados Unidos
Fort Bragg
Fayetteville, Carolina del Norte
—¿Puedo traerte una taza de té?
Luke asintió. —Gracias.
La esposa de Wayne, Katie, era una chica preciosa, rubia, pequeГ±a, bastante mГЎs joven que Wayne. Luke pensГі que tal vez tendrГa veinticuatro aГ±os. Estaba embarazada de ocho meses de su hija y estaba enorme.
VivГa en un alojamiento bГЎsico, a medio kilГіmetro de Luke y Becca. La casa era un pequeГ±o chalГ© de tres habitaciones, en un vecindario de casas exactamente idГ©nticas. Wayne estaba muerto y ella estaba allГ porque no tenГa dГіnde ir.
Le llevГі a Luke su tГ© en una pequeГ±a taza decorada, la versiГіn adulta de las tazas que usan las niГ±as cuando juegan a fiestas del tГ© imaginarias. Ella se sentГі frente a Г©l en la sala de estar, amueblada de forma austera. El sofГЎ era un futГіn que podГa convertirse en una cama doble para invitados.
Luke habГa visto dos veces antes a Katie, ambas veces durante cinco minutos o menos. No la habГa visto desde antes de estar embarazada.
—Eras el gran amigo de Wayne —dijo ella.
—SГ, lo era.
Ella se quedГі mirando su taza de tГ©, como si tal vez Wayne estuviera flotando en el fondo.
—Y estabas en la misión donde murió —no era una pregunta.
—SГ.
—¿Lo viste? ¿Lo viste morir?
A Luke no le estaba gustando la direcciГіn que estaban tomando estas preguntas. ВїCГіmo responder a una pregunta asГ? Luke no vio los disparos que mataron a Wayne, pero le habГa visto morir, de acuerdo. DarГa cualquier cosa por no haberlo visto.
—SГ.
—¿Cómo murió? —preguntó ella.
—Murió como un hombre, como un soldado.
Ella asintiГі, pero no dijo nada. Tal vez esa no era la respuesta que estaba buscando, pero Luke no querГa ir mГЎs lejos.
—¿Sufrió? —dijo ella.
Luke sacudió la cabeza. —No.
Ella lo mirГі a los ojos. Sus ojos estaban rojos y llenos de lГЎgrimas. HabГa una tristeza terrible en ellos. —¿CГіmo puedes saberlo?
—Hable con él, me dijo que te dijera que te amaba.
Era una mentira, por supuesto. Wayne no habГa logrado pronunciar una oraciГіn completa, pero era una mentira piadosa. Luke creГa que Wayne lo habrГa dicho, si hubiera podido.
—¿Es por eso que has venido hasta aquГ, Sargento Stone? —dijo ella. —¿Para decirme eso?
Luke cogiГі una bocanada de aire.
—Antes de que muriera, Wayne me pidió que fuera el padrino de vuestra hija —dijo Luke. —Acepté y estoy aquà para honrar ese compromiso. Tu hija nacerá pronto y quiero ayudarte a superar esta situación en todo lo que pueda.
Hubo una larga y silenciosa pausa entre ellos. La pausa se alargГі mГЎs y mГЎs tiempo.
Finalmente, Katie negГі con la cabeza, sГіlo un poco, y hablГі en voz baja.
—Nunca podrГa dejar que un hombre como tГє fuera el padrino de mi hija. Wayne estГЎ muerto por culpa de hombres como tГє. Mi niГ±a nunca tendrГЎ un padre por culpa de hombres como tГє, Вїlo entiendes? Estoy aquГ porque todavГa tengo atenciГіn mГ©dica, asГ que mi bebГ© nacerГЎ aquГ. ВїPero despuГ©s de eso? Voy a correr lo mГЎs lejos posible del EjГ©rcito y de gente como tГє, tanto como pueda. Wayne fue un estГєpido por involucrarse en esto y yo fui una estГєpida por aceptarlo. No tienes por quГ© preocuparte, Sargento Stone, no tienes ninguna responsabilidad conmigo. TГє no eres el padrino de mi bebГ©.
Luke no pudo pensar en una sola cosa que decir. MirГі su taza y vio que ya se habГa terminado su tГ©. Puso la taza de tГ© sobre la mesa. Ella la recogiГі y moviГі su cuerpo hacia la puerta de la pequeГ±a casa. AbriГі la puerta y la mantuvo abierta.
—Que pases un buen dГa, Sargento Stone.
Г‰l la mirГі fijamente.
Ella empezГі a llorar. Su voz era mГЎs suave que nunca.
—Por favor, sal de mi casa. Sal de mi vida.
* * *
La cena fue monГіtona y triste.
Se sentaron frente a la mesa, sin hablar. Ella habГa hecho pollo relleno y espГЎrragos y estaba bueno. Le habГa abierto una cerveza y la habГa vertido en un vaso, todo por complacerle.
Estaban comiendo en silencio, casi como si las cosas fueran normales.
Pero no podГa mirarla.
HabГa una pistola de color negro mate de nueve milГmetros en la mesa, cerca de su mano derecha. Estaba cargada.
—Luke, ¿estás bien?
El asintiГі. —SГ, estoy bien —le dio un sorbo a su cerveza.
—¿Por qué está tu arma sobre la mesa?
Finalmente, Г©l la mirГі. Era hermosa y, por supuesto, Г©l la amaba. Estaba embarazada de su hijo y llevaba una blusa premamГЎ con estampado de flores. Casi podrГa llorar por su belleza y por el poder de su amor por ella. Lo sintiГі intensamente, como una ola rompiendo contra las rocas.
—Uh, está ahà por si la necesito, nena.
—¿Por qué ibas a necesitarla? Sólo estamos cenando. Estamos en la base, a salvo, nadie puede…
—¿Te molesta? —dijo.
Ella se encogiГі de hombros. DeslizГі un pequeГ±o trozo de pollo dentro de su boca. Becca comГa lenta y cuidadosamente. ComГa en pequeГ±os bocados y a menudo le llevaba mucho tiempo terminarse la cena. No se tomaba la comida como otras personas lo hacГan, a Luke le encantaba eso de ella. Era una de sus diferencias. Procuraba ​​masticar bien su comida.
La observГі masticar a cГЎmara lenta. Sus dientes eran grandes, tenГa dientes de conejo. Era bonito, entraГ±able.
—SГ, un poco —dijo ella. —Nunca has hecho eso antes. ВїTienes miedo de que...?
Luke sacudiГі la cabeza. —No le tengo miedo a nada. Tenemos un hijo en camino, Вїde acuerdo? Es importante que mantengamos a nuestro hijo a salvo, es nuestra responsabilidad. Es un mundo peligroso, Becca, por si no lo sabГas.
Luke asintiГі ante la verdad de lo que estaba diciendo. Cada vez mГЎs, comenzaba a percibir los peligros a su alrededor. HabГa cuchillos afilados para preparar la cena en el cajГіn de la cocina. HabГa cuchillos de corte y un gran cuchillo de carnicero en un bloque de madera en la encimera. HabГa unas tijeras en el armario detrГЎs del espejo del baГ±o.
El coche tenГa frenos y alguien podrГa cortar fГЎcilmente los cables de los frenos. Si Luke sabГa cГіmo hacerlo, mucha otra gente sabrГa. Y habГa mucha gente que querГa ajustar cuentas con Luke Stone.
Casi parecГa como si...
Becca estaba llorando. ApartГі la silla de la mesa y se levantГі. Su rostro se habГa vuelto carmesГ en los Гєltimos diez segundos.
—¿Cariño? ¿Qué pasa?
—TГє —dijo ella, las lГЎgrimas corrГan por su rostro. —Te pasa algo malo. Nunca habГas vuelto a casa asГ antes. Apenas me has hablado, no me has tocado en absoluto, siento que soy invisible. Te quedas despierto toda la noche, parece que no has dormido nada desde que llegaste. Ahora tienes un arma encima de la mesa. Tengo un poco de miedo, Luke. Me temo que ha pasado algo muy, muy malo.
Se puso de pie y ella dio un paso atrГЎs. Sus ojos se ensancharon.
Esa mirada. Era la mirada de una mujer que le tenГa miedo a un hombre. Y Г©l era ese hombre, eso le horrorizГі. Era si se hubiera despertado bruscamente. Nunca imaginГі que ella lo mirarГa de esa manera. Г‰l nunca habrГa querido que ella le mirara de esa manera, ni a Г©l, ni a nadie, por ninguna razГіn.
EchГі un vistazo a la mesa. HabГa colocado un arma cargada allГ durante la cena. Ahora, Вїpor quГ© hacГa eso? De repente, se avergonzaba de esa pistola. Era cuadrada, rechoncha y fea. QuerГa taparla con una servilleta, pero era demasiado tarde, ella ya la habГa visto.
Г‰l la mirГі de nuevo.
Se quedГі delante de Г©l, sumisa, como una niГ±a, con los hombros encorvados, la cara arrugada, las lГЎgrimas corriendo por sus mejillas.
—Te quiero —dijo ella. —Pero estoy muy preocupada en este momento.
Luke asintiГі. Lo siguiente que dijo le sorprendiГі.
—Creo que podrГa necesitar irme por un tiempo.
CAPГЌTULO CINCO
14 de abril
9:45 Hora del Este
Centro de AtenciГіn MГ©dica del Departamento de Asuntos de Veteranos (VA) de Fayetteville
Fayetteville, Carolina del Norte
—¿Por quГ© estГЎs aquГ, Stone?
La voz sacudiГі a Luke de cualquier ensueГ±o en el que pudiera estar perdido. A menudo vagaba solo a travГ©s de sus pensamientos y los recuerdos de estos dГas, y despuГ©s no podГa recordar en quГ© habГa estado pensando.
MirГі hacia arriba.
Estaba sentado en una silla plegable entre un grupo de ocho hombres. La mayorГa de los hombres estaban sentados en sillas plegables, dos iban en silla de ruedas. El grupo ocupaba un rincГіn de una sala abierta, grande pero triste. Las ventanas de la pared opuesta mostraban un dГa soleado de principios de primavera. De alguna manera, la luz del exterior no parecГa entrar en la habitaciГіn.
El grupo estaba colocado en un semicГrculo, frente a un hombre barbudo de mediana edad, con una barriga grande. El hombre llevaba pantalones de pana y una camisa de franela roja. La barriga sobresalГa hacia afuera, casi como si se hubiera escondido una pelota de playa debajo de la camisa, excepto que la parte frontal era plana, como si el aire se estuviera escapando. Luke sospechaba que, si le golpeaba en el estГіmago, estarГa tan duro como una sartГ©n de hierro. El hombre era alto y se inclinaba hacia atrГЎs en su silla, con sus delgadas piernas en lГnea recta delante de Г©l.
—¿Disculpe? —dijo Luke.
El hombre sonriГі, pero no habГa humor en ello.
—¿Por quГ©... estГЎs... aquГ...? —dijo de nuevo. Lo dijo lentamente esta vez, como si estuviera hablando con un niГ±o pequeГ±o o con un imbГ©cil.
Luke mirГі a los hombres a su alrededor. Era la terapia de grupo para los veteranos de guerra.
Era una pregunta razonable, Luke no tendrГa que estar aquГ. Estos chicos estaban destrozados, fГsicamente desarmados y traumatizados.
Algunos de ellos parecГa como si no fueran a regresar nunca mГЎs. Un tipo llamado Chambers era probablemente el peor. HabГa perdido un brazo y ambas piernas. Su rostro estaba desfigurado, la mitad izquierda estaba cubierta por vendas, una gran placa de metal le sobresalГa por debajo, estabilizando lo que quedaba de los huesos faciales de ese lado. HabГa perdido el ojo izquierdo y todavГa no se lo habГan reemplazado. En algГєn momento, despuГ©s de terminar de reconstruirle su orificio orbital, iban a ponerle un nuevo ojo falso.
Chambers habГa viajado en un Humvee que habГa pasado por encima de un artefacto explosivo improvisado en Irak. El dispositivo era una innovaciГіn sorprendente: una carga hueca, que penetrГі hacia arriba a travГ©s del tren de aterrizaje del vehГculo y luego por encima de Chambers, separГЎndolo de abajo arriba. El ejГ©rcito estaba modernizando los viejos Humvees con una armadura pesada y rediseГ±ando los nuevos, para protegerse contra este tipo de ataques en el futuro, pero eso ya no iba a ayudar a Chambers.
A Luke no le gustaba mirar a Chambers.
—¿Por quГ© estГЎs aquГ? —dijo el lГder una vez mГЎs.
Luke se encogió de hombros. —No lo sé, Riggs. ¿Por qué estás tú aqu�
—Estoy tratando de ayudar a hombres a recuperar sus vidas —dijo Riggs. Lo dijo sin alterarse. O bien era una respuesta estГЎndar que guardaba para cuando la gente lo retaba, o realmente lo creГa. —¿QuГ© hay de ti?
Luke no dijo nada, pero todos lo miraron fijamente. Rara vez decГa algo en este grupo. Г‰l, posiblemente, muy pronto dejarГa de asistir. No creГa que le estuviera ayudando. La verdad sea dicha, pensaba que todo era una pГ©rdida de tiempo.
—¿Tienes miedo? —dijo Riggs. —¿Ese es el motivo por el que estás aqu�
—Riggs, si piensas eso, es que no me conoces bien.
—Ah —dijo Riggs y levantó un poco sus manos carnosas. —Ahora estamos llegando a alguna parte. Eres un tipo duro, eso ya lo sabemos, asà que hazlo. Da el paso, cuéntanoslo todo sobre el Sargento de Primera Clase Luke Stone, de las Fuerzas Especiales del Ejército de los Estados Unidos. Delta, ¿verdad? De mierda hasta el cuello, ¿verdad? ¿Uno de los tipos que fue a esa misión fallida para matar al hombre de Al Qaeda, el tipo que supuestamente perpetró el atentado contra el USS Sarasota?
—Riggs, yo no sГ© nada sobre ninguna misiГіn como esa. Una misiГіn como esa serГa informaciГіn clasificada, lo que significarГa que si cualquiera de nosotros supiera algo al respecto, no estarГamos en libertad...
Riggs sonriГі e hizo un movimiento de giro con la mano. —Para discutir un asesinato premeditado, tan importante y crucial como este que nunca ha existido, en primer lugar. SГ, sГ, sГ. Todos sabemos lo que se dice, ya lo hemos escuchado antes. CrГ©eme, Stone, no eres tan importante. Cada hombre en este grupo ha visto un combate. Todos los hombres de este grupo son Гntimamente conscientes de que...
—¿Qué tipo de combate has visto tú, Riggs? —dijo Luke. —Estabas en la Marina, en un destructor en medio del océano. Has estado detrás de un escritorio en este hospital durante los últimos quince años.
—Esto no va sobre mГ, Stone, sino sobre ti. EstГЎs en un hospital de Veteranos, en la sala de psiquiatrГa, Вїverdad? Yo no estoy en la sala de psiquiatrГa, tГє sГ. Yo trabajo en la sala de psiquiatrГa y tГє vives allГ. Pero no estГЎs obligado, estГЎs aquГ voluntariamente. Puedes salir de aquГ cuando quieras, incluso en medio de esta sesiГіn, si lo deseas. Fort Bragg estГЎ a cinco o seis kilГіmetros de aquГ. Todos tus viejos amigos estГЎn allГ, esperГЎndote. ВїNo quieres volver junto a ellos? Te estГЎn esperando, tГo. Rock and roll. Siempre habrГЎ otra misiГіn clasificada FUBAR (Estropeado Hasta Lo Irreconocible, por sus siglas en inglГ©s) en la que enrolarse.
Luke no dijo nada, se limitГі a mirar a Riggs, que estaba fuera de sГ. Г‰l era el que estaba loco, ni siquiera era capaz de mantener la calma.
—Stone, os veo de vez en cuando aquГ, a los chicos Delta. Nunca tenГ©is un rasguГ±o encima. Sois como, sobrenaturales. Las balas, de alguna manera, nunca os dan. Pero estГЎis asustados, quemados. HabГ©is visto demasiado, habГ©is matado a demasiada gente. TenГ©is su sangre en vuestras manos. Es invisible, pero estГЎ ahГ.
Riggs asintiГі para sГ mismo.
—Tuvimos un chico Delta por aquГ hace tres aГ±os, de tu edad mГЎs o menos, Г©l insistiГі en que estaba bien. Acababa de regresar de una misiГіn secreta en AfganistГЎn. Aquello habГa sido un matadero, por supuesto, pero Г©l no necesitaba toda esta chГЎchara. ВїTe suena a alguien conocido? Cuando saliГі de aquГ, se fue a su casa, matГі a su esposa, a su hija de tres aГ±os y luego se metiГі una bala en la cabeza.
Una pausa se extendiГі entre Luke y Riggs. Ninguno de los otros hombres dijo una sola palabra. El tipo era un aprieta-botones. Por alguna razГіn, entendiГі que ese era su trabajo. Era importante que Luke se mantuviera fresco y no permitiera que Riggs se metiera bajo su piel, pero a Luke no le gustaban este tipo de cosas. SintiГі una oleada levantГЎndose dentro de Г©l. Riggs se estaba moviendo en territorio peligroso.
—¿Es eso de lo que tienes miedo? —dijo Riggs. —Te preocupa ir a casa y esparcir los sesos de tu esposa por todo el...
Luke se levantГі de su silla y cruzГі el espacio entre Г©l y Riggs en menos de un segundo. Antes de que supiera lo que habГa sucedido, agarrГі a Riggs, le dio una patada a la silla que tenГa debajo y lo arrojГі al suelo como si fuera una muГ±eca de trapo. La cabeza de Riggs chocГі con las baldoses de piedra.
Luke se agachГі sobre Г©l y levantГі su puГ±o.
Los ojos de Riggs estaban muy abiertos y por una fracciГіn de segundo el miedo cruzГі su rostro. Entonces su actitud tranquila volviГі.
—Eso es lo que quiero ver —dijo. —Un poco de entusiasmo.
Luke respirГі hondo y dejГі que su puГ±o se relajara. MirГі a los otros hombres a su alrededor, ninguno de ellos habГa hecho un movimiento. SГіlo se quedaron mirando de manera indiferente como si, que un paciente atacara a su terapeuta, fuera una parte normal de su dГa.
No, no era eso, se quedaron mirando como si no les importara lo que sucediera, como si se hubieran quedado sin fuerzas.
—Sé lo que estás intentando hacer —dijo Luke.
—Estoy tratando de sacarte de tu caparazón, Stone. Y parece que finalmente está empezando a funcionar.
* * *
—No te quiero aquà —dijo MartГnez.
Luke se sentГі en una silla de madera junto a la cama de MartГnez. La silla era sorprendentemente incГіmoda, como si hubiera sido diseГ±ada para desalentar la vagancia.
Luke estaba haciendo lo que habГa evitado durante semanas: estaba haciГ©ndole una visita a MartГnez. El hombre estaba en un edificio diferente del hospital, sГ. Pero era todo un paseo de doce minutos desde la habitaciГіn de Luke. Hasta ahora no habГa sido capaz de enfrentarse a ese paseo.
MartГnez habГa emprendido un largo camino, un camino por el que parecГa no tener interГ©s en pasar. Sus piernas habГan sido destrozadas y no se pudieron salvar. Una la tuvieron que cortar por debajo de su pelvis, la otra por debajo de la rodilla. TodavГa podГa mover los brazos, pero estaba paralizado justo desde debajo de su caja torГЎcica en adelante.
Antes de que Luke entrara, una enfermera le susurrГі que MartГnez pasaba la mayor parte del tiempo llorando. TambiГ©n pasaba mucho tiempo durmiendo, estaba tomando una gran dosis de sedantes.
—Sólo he venido a decirte adiós —dijo Luke.
MartГnez habГa estado mirando por la ventana el dГa brillante de fuera. Ahora se habГa vuelto para mirar a Luke. Su cara estaba bien, siempre habГa sido un chico guapo y todavГa lo era. Dios, o el Diablo, o quienquiera que estuviera a cargo de estas cosas, le habГa perdonado la cara al tГo.
—Hola y adiГіs, Вїvale? Me alegro por ti, Stone. Todos estГЎis de una pieza, saldrГ©is caminando de aquГ, probablemente obtendrГ©is una medalla, algГєn tipo de menciГіn. Nunca verГ©is otro minuto de combate porque estabais en la sala de psicologГa. Montad un despacho, ganad mГЎs dinero, enviad a otros chicos. Bien por ti, tГo.
Luke se sentГі en silencio. CruzГі una pierna sobre la otra y no dijo una palabra.
—Murphy estuvo aquГ hace un par de semanas, Вїlo sabГas? Le preguntГ© si iba a ir a verte, pero me dijo que no, que no querГa verte. ВїStone? Stone le sigue la corriente a los jefazos. ВїPor quГ© deberГa ver a Stone? Murphy dijo que se iba a subir a un tren de carga y a viajar por todo el paГs, como un vagabundo. Ese es su plan. ВїSabes lo que pienso? Creo que se va a pegar un tiro en la cabeza.
—Siento mucho lo que pasó —dijo Luke.
Pero MartГnez no estaba escuchando.
—¿CГіmo estГЎ tu esposa, tГo? ВїEl embarazo va bien? ВїEl pequeГ±o Luke junior estГЎ en camino? Eso es muy bonito, Stone, me alegro por ti.
—Robby, ¿te he hecho algo? —dijo Luke.
Las lГЎgrimas comenzaron a correr por la cara de MartГnez. GolpeГі la cama con los puГ±os. —¡MГrame, tГo! ВЎNo tengo piernas! Voy a estar orinando y cagando en una bolsa el resto de mi vida, Вїde acuerdo? No puedo caminar, nunca mГЎs voy a caminar. No puedo...
Sacudió la cabeza. —No puedo...
Ahora MartГnez comenzГі a llorar.
—Yo no he hecho esto —dijo Luke. Su voz sonaba pequeña y débil, como la voz de un niño.
—¡SГ! ВЎLo hiciste! TГє hiciste esto. Fuiste tГє, era tu misiГіn, Г©ramos tus hombres y ahora estamos muertos, todos menos tГє.
Luke sacudió la cabeza. —No, era la misión de Heath. Yo sólo estaba…
—¡Bastardo! SГіlo estabas siguiendo Гіrdenes, pero podrГas haber dicho que no.
Luke no dijo nada. MartГnez respirГі profundamente.
—Te dije que me mataras —él apretГі los dientes. —Te dije… que… me… mataras. Ahora mira esto... este lГo. SГіlo tГє podГas. —él negГі con la cabeza. —PodrГas haberlo hecho, nadie lo hubiera sabido.
Luke lo mirГі fijamente. —No podГa matarte, eres mi amigo.
—¡No digas eso! —dijo MartГnez. —Yo no soy tu amigo.
Volvió la cabeza hacia la pared. —Vete de mi habitación.
—Robby...
—¿A cuántos hombres has matado, Stone? ¿A cuántos, eh? ¿Un centenar? ¿Doscientos?
Luke habló apenas por encima de un susurro. Respondió honestamente. —No lo sé, perdà la cuenta.
—¿No podГas matar a un hombre como un favor? ВїUn favor para tu supuesto amigo?
Luke no hablГі. Tal cosa nunca se le habГa ocurrido antes. ВїMatar a su propio hombre? Pero ahora se daba cuenta de que era posible.
Por una fracciГіn de segundo, estuvo de vuelta en aquella ladera esa frГa maГ±ana. Vio a MartГnez tendido de espaldas, llorando. Luke se acercГі a Г©l. No quedaba municiГіn. Todo lo que Luke tenГa era la bayoneta retorcida en su mano. Se agachГі junto a MartГnez, la bayoneta sobresalГa de su puГ±o como un pico. La extendiГі hacia arriba, sobre el corazГіn de MartГnez, y...
—No te quiero aquà —dijo MartГnez ahora. —Te quiero fuera de mi habitaciГіn. Vete, Вїvale, Stone? Vete ahora mismo.
De repente, MartГnez comenzГі a gritar. CogiГі el botГіn de llamada a la enfermera desde su cama y comenzГі a apretarlo con el pulgar.
—¡Te quiero fuera! ¡Sal! ¡Fuera!
Luke se puso de pie. Levantó las manos. —Está bien, Robby, está bien.
—¡FUERA!
Luke se dirigiГі a la puerta.
—Espero que te mueras, Stone. Espero que tu bebé se muera.
Entonces Luke saliГі al pasillo. Dos enfermeras venГan hacia Г©l, caminando, pero moviГ©ndose rГЎpido.
—¿Está bien? —dijo la primera.
—¿Me has oГdo, Stone? Espero que tu...
Pero Luke ya se habГa tapado los oГdos y corrГa por el pasillo. CorriГі por el edificio, ahora dГЎndose prisa, jadeando en busca de aire. Vio la seГ±al de SALIDA, se volviГі hacia ella y atravesГі las puertas dobles. Luego corriГі por los terrenos a lo largo de un camino de hormigГіn. AquГ y allГЎ, la gente se volvГa para mirarlo, pero Luke siguiГі corriendo. CorriГі hasta que sus pulmones empezaron a arder.
Un hombre venГa por el otro lado. El hombre era mayor, pero ancho y fuerte. Caminaba erguido con aire militar, pero llevaba vaqueros azules y una chaqueta de cuero. Luke estaba casi encima de Г©l antes de darse cuenta de que lo conocГa.
—Luke —dijo el hombre. —¿Hacia dónde corres, hijo?
Luke se detuvo. Se inclinГі y puso sus manos sobre las rodillas. Su aliento llegaba como ГЎsperas limas. Luchaba en busca de unos pulmones mГЎs grandes.
—Don —dijo. п‚ѕDon, tГo, no estoy en forma.
Se puso recto. ExtendiГі su mano para estrechar la mano de Don Morris, pero en lugar de eso, Don lo envolviГі en un abrazo de oso. Lo sintiГі... Luke no tenГa palabras. Don era como un padre para Г©l, los sentimientos surgieron. Se sintiГі seguro, aliviado. Se sentГa como si durante mucho tiempo, hubiera estado guardando tantas cosas dentro de Г©l, cosas que Don sabГa intuitivamente, sin tener que decГrselas. El abrazo de Don Morris parecГa como estar en casa.
DespuГ©s de un largo momento, se separaron.
—¿Qué estás haciendo aqu� —dijo Luke.
ImaginГі que Don habГa venido desde Washington para reunirse con los oficiales de Fort Bragg, pero Don disipГі esa idea en unas pocas palabras.
—He venido a buscarte —dijo.
* * *
—Es un buen trato —dijo Don. —Lo mejor que vas a conseguir.
Estaban conduciendo por las calles adoquinadas del centro de Fayetteville en un sedГЎn de alquiler indescriptible. Don estaba al volante, Luke en el asiento del copiloto. HabГa gente sentada en las cafeterГas y restaurantes al aire libre a lo largo de las aceras. Era una ciudad militar, muchas de las personas que iban de un lado a otro estaban erguidas y en forma.
Pero ademГЎs de estar saludables, tambiГ©n parecГan felices. En este momento, Luke no podГa imaginar cГіmo era sentirse asГ.
—ExplГcamelo otra vez —dijo.
—Tú sales con el rango de Sargento Mayor. Una baja honorable, efectiva al final de este año civil, aunque puedes pedir un permiso indefinido esta tarde. La nueva paga entra en vigencia de inmediato y continúa hasta tu baja. Tu registro de servicio está intacto y tu pensión de veterano de guerra, asà como todos los demás beneficios permanecen en su sitio.
Sonaba como un buen trato, pero Luke nunca habГa considerado dejar el EjГ©rcito hasta este momento. Todo el tiempo que habГa estado en el hospital, habГa esperado reincorporarse a su unidad. Mientras tanto, entre bastidores, Don habГa estado negociando una salida para Г©l.
—¿Y si quiero quedarme? —dijo.
Don se encogió de hombros. —Has estado en el hospital durante casi un mes. Los informes que he visto sugieren que has progresado poco o nada en la terapia y eres considerado un paciente poco cooperativo.
Г‰l suspirГі. —No te van a dejar que regreses, Luke, piensan que eres mercancГa caducada. Si rechazas el paquete que te acabo de describir, planean librarse de ti con un alta psiquiГЎtrica involuntaria con tu rango y paga actual, con un diagnГіstico de trastorno de estrГ©s postraumГЎtico. Estoy seguro de que no tengo que decirte el tipo de perspectivas a las que se enfrentan los hombres con una baja en esas circunstancias.
A Luke nada de esto le supuso una gran sorpresa, pero aun asГ era doloroso escucharlo. Г‰l sabГa cuГЎl era el trato. El EjГ©rcito ni siquiera habГa reconocido formalmente la existencia de las Fuerzas Delta. La misiГіn fue clasificada, nunca sucediГі. AsГ que no esperaba recibir una medalla durante una ceremonia pГєblica. En las Delta, no ingresabas por la gloria.
Aun asГ, aunque esperaba que lo ignoraran, no se esperaba que lo tiraran al montГіn de la chatarra. Se habГa entregado mucho al EjГ©rcito y estaban listos para deshacerse de Г©l despuГ©s de una mala misiГіn. Es cierto, la misiГіn saliГі peor que mal. Fue un desastre, una debacle, pero no fue por su culpa.
—Me están echando de cualquier manera —dijo. —Puedo irme en silencio o puedo irme dando patadas y gritando.
—Asà es —dijo Don.
Luke suspirГі pesadamente. Vio pasar el viejo pueblo. Salieron del distrito histГіrico y entraron en una calle mГЎs moderna con centros comerciales. Llegaron al final de un largo bloque y Don girГі a la izquierda en el aparcamiento de Burger King.
La vida civil vendrГa, le gustara o no a Luke. Era un mundo que habГa dejado hacГa catorce aГ±os. Nunca habГa esperado verlo de nuevo. ВїQuГ© habГa pasado en ese mundo?
Vio a una joven pareja con sobrepeso caminar hacia la puerta del restaurante.
—¿Qué voy a hacer? —dijo Luke. —¿Después de fin de año? ¿Qué tipo de trabajo civil puedo obtener?
—Eso es fГЎcil —dijo Don. —Vas a trabajar para mГ.
Luke lo mirГі.
Don se detuvo en un lugar cerca de la parte trasera. No habГa otros coches. —El Equipo de Respuesta Especial estГЎ listo para despegar. Mientras estabas acostado en la cama, mirГЎndote el ombligo, he estado luchando con los burГіcratas y preparando papeles. He consolidado los fondos, al menos hasta fin de aГ±o. Tengo una pequeГ±a sede en los suburbios de Virginia, no lejos de la CIA. EstГЎn pegando las letras en la puerta mientras hablamos. Conozco al director del FBI y hablГ© por telГ©fono, brevemente, deberГa agregar, con el Presidente de los Estados Unidos.
Don apagГі el coche y mirГі a Luke.
—Estoy listo para contratar a mi primer agente. Eres tú.
SeГ±alГі con su cabeza un letrero grande cerca de la parte delantera del aparcamiento. Luke mirГі hacia donde Don le estaba indicando. Justo debajo del logotipo del Burger King habГa una serie de letras negras sobre un fondo blanco. Si se juntaban todas, las letras deletreaban un mensaje sombrГo.
Tenemos vacantes de empleo. Pregunta dentro.
—Si no quieres unirte a mГ, apuesto a que se te presentan muchas otras oportunidades.
Luke sacudiГі la cabeza. Luego se echГі a reГr.
—Este ha sido un dГa extraГ±o —dijo.
Don asintiГі. —Bueno, estГЎ a punto de volverse aГєn mГЎs extraГ±o. AquГ va otra sorpresa, esta es un regalo. No querГa dГЎrtelo en el hospital porque los hospitales son lugares horribles. Especialmente los hospitales de la VA (AsociaciГіn de Veteranos).
De pie frente al coche habГa una hermosa joven, con cabello largo y castaГ±o. MirГі a Luke con lГЎgrimas en los ojos. Llevaba una chaqueta ligera, abierta para revelar una camisa premamГЎ. La mujer estaba muy embarazada.
Del hijo de Luke.
Luke tardГі una fracciГіn de segundo en reconocerla, algo que nunca le revelarГa a nadie, ni siquiera bajo pena de tortura. Su mente no habГa funcionado bien en las Гєltimas semanas y ella estaba fuera de lugar en este terreno baldГo de unos aparcamientos. No esperaba verla aquГ. Su presencia era irreal, de otro mundo.
Rebecca.
—Oh, Dios mГo —dijo Luke.
—Sà —dijo Don. —Tal vez quieras ir a saludarla antes de que ella encuentre a alguien mejor. ¿Por aqu� No tardará mucho.
—¿Por quГ©... por quГ© la has traГdo aquГ?
Don se encogiГі de hombros. MirГі alrededor del aparcamiento del Burger King.
—Es más romántico que reunirse con ella en la base.
Luke saliГі del coche, parecГa ir flotando hacia ella. Se abrazaron y Г©l la abrazГі durante mucho rato, de forma interminable, no querГa dejarla ir.
Por primera vez, Luke sintiГі que las lГЎgrimas corrГan por su propia cara. RespirГі profundamente. Se sentГa muy bien abrazГЎndola. No hablГі, no podГa pensar en una sola palabra que decir.
Ella lo mirГі y le limpiГі las lГЎgrimas de la cara.
—¿No es genial? —dijo ella. —Don ha dicho que vas a trabajar para él.
Luke asintiГі sin hablar. ParecГa que se habГa resuelto, entonces. Don y Becca habГan tomado la decisiГіn por Г©l.
—Te quiero tanto, Luke —dijo ella. —Estoy muy contenta de que esta vida militar haya terminado.
CAPГЌTULO SEIS
3 de mayo
7:15 hora del Este
Sede del Equipo de Respuesta Especial
McLean, Virginia — Suburbios de Washington, DC
—Creo que podrГa tener algo para ti —dijo Don Morris.
Estaban sentados en la nueva oficina de Don. El lugar comenzaba a tomar forma. HabГa fotos de su esposa e hijos en el escritorio, lazos enmarcados y proclamaciones en las paredes. El escritorio en sГ era una amplia extensiГіn de roble reluciente. Encima de Г©l habГa una consola porta-telГ©fono, un monitor de ordenador, un telГ©fono mГіvil, un telГ©fono por satГ©lite y no mucho mГЎs. Don no creГa mucho en el papeleo.
—Algo para sacarte un poco del campo. Pareces un poco inquieto desde que llegaste aquГ, esto podrГa arreglarlo.
Luke lo mirГі fijamente. Era casi como si Don acabara de leer su mente. Don le habГa hecho un favor al darle este trabajo, Luke lo sabГa. Era un salvavidas arrojado a un hombre que se ahogaba, pero Luke ya estaba avanzando lentamente hacia la puerta. HabГan sido semanas de sentarse y hablar, como mucho. Luke estaba aburrido. Aunque eso estaba bien, el peligro era que, si continuaba demasiado tiempo, comenzarГa a volverse loco. El trabajo de inteligencia desde un escritorio no era para Г©l, eso estaba empezando a quedar muy claro.
—Soy todo oГdos —dijo Luke.
Don hizo un gesto hacia la puerta abierta de su oficina. —Vamos a bajar a la entrada.
Luke siguiГі a Don por el estrecho pasillo hasta la sala de conferencias, que estaba muy iluminada, en el otro extremo. Este pequeГ±o complejo de oficinas habГa sido una delegaciГіn de la Oficina de Vivienda y Desarrollo Urbano seis meses atrГЎs. Don estaba trabajando para arrastrar el edificio un poco hacia el siglo XXI.
Con eso en mente, un joven alto con una cola de caballo y extraГ±as gafas de aviador recicladas, colgaba una pantalla plana en una pared. Otra pantalla ya estaba instalada en la pared opuesta, con los cables conectados a un panel de control en la larga mesa de conferencias. El chico llevaba una camiseta roja, blanca y azul, vaqueros y zapatillas altas Converse All-Star.
Luke apenas lo mirГі, supuso que era un tГ©cnico de una agencia de contratistas del gobierno, o posiblemente algГєn tГ©cnico de las profundidades del FBI.
—Luke, ¿conoces a Mark Swann? —dijo Don, casualmente, echando por tierra esos pensamientos. —Es nuestro nuevo diseñador y operador de sistemas, a cargo de nuestras redes de inteligencia, Internet, conexiones por satélite... Mark va a tener un montón de trabajo, al menos durante un tiempo. Mark Swann, este es el Agente Luke Stone. Luke es nuestro primer agente de campo, aunque estamos a punto de contratar a un par más.
El chico se dio la vuelta. Era flaco, tenГa patas de alambre. La parte delantera de su camiseta de la bandera estadounidense decГa: —¡Somos el NГєmero 31!
Los ojos del chico se encontraron con los de Luke, quien lo evaluГі rГЎpidamente. Era joven, quizГЎs unos veintipocos, parecГa incluso mГЎs joven. Estaba lleno de seguridad hasta el borde de la arrogancia. Era inteligente, probablemente habГa sido un chiflado de la informГЎtica en el instituto. Г‰l y Luke iban a estar en diferentes departamentos. De lo que se ocuparГa este chico serГa del equipo: desmontarlo, volverlo a montar, hacer que funcionara. Probablemente nunca habГa participado en un momento de violencia en toda su vida y podrГa no haber siquiera presenciado tales momentos.
Se estrecharon las manos.
—Somos el número treinta y uno, ¿verdad? —dijo Luke. —¿En qué somos el número treinta y uno?
El chico se encogiГі de hombros y sonriГі.
—No lo sГ©, tГo, tal vez puedas adivinarlo.
Luke casi se rio.
—No puedo adivinarlo —dijo. —Tal vez puedas ayudarme un poco.
—En salud —dijo el chico. —Somos el número treinta y uno en salud, según la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo, somos el número uno en gastos de atención médica, si buscas algo de lo que estar orgulloso.
Luke todavГa sostenГa la mano del chico.
—Me enorgullecerГa romperte algunos huesos y ver el buen trabajo que hacen los mГ©dicos estadounidenses para soldarlos de nuevo. Pero es probable que prefieras arreglГЎrtelos en MГ©xico.
Swann echó la mano hacia atrás. —En Cuba, tal vez. O en Canadá.
—Muy bien, Mark —dijo Don. —Estoy seguro de que el Agente Stone estГЎ contento de descubrir que ha estado arriesgando su pellejo todos estos aГ±os por un paГs con un desempeГ±o medico tan mediocre.
Don hizo un gesto con la cabeza hacia la instalación audiovisual. —¿Cómo va?
Mark asintiГі. —La primera pantalla estГЎ lista para funcionar. ConexiГіn de alta definiciГіn y alta velocidad. Puedes colocar ese teclado sobre la mesa y esa pequeГ±a pantalla y acceder a cualquiera de tus archivos con solo iniciar sesiГіn. Puedes elegir lo que quieras compartir y aparecerГЎ en la pantalla grande. Puedo poner fГЎcilmente esa capacidad a disposiciГіn de cualquier persona en el edificio; aunque querГa que lo probaras primero, ver si te gusta.
Don asintió. —Muy bien. ¿Qué pasa con los visitantes? También, ¿qué pasa al compartir información con otros lugares?
El chico, Mark Swann, levantó las manos como diciendo: ¡No dispares! —Estamos en ello, pero vamos a necesitar un cifrado hermético, antes de comenzar a transmitir información fuera del edificio. Puedes enviar por correo electrónico lo que quieras, pero ¿en cuanto a colocar imágenes de video o datos que aparecen en otros lugares, o traer transmisiones hasta aqu� Eso sucederá en cada caso concreto con cada socio. La CIA, la NSA, la Casa Blanca si llegamos a eso, incluso la sede del FBI, todos tienen sus propios procedimientos y vamos a seguir sus pasos.
Don asintió. —Está bien, Mark, ya me está gustando. ¿Puedes darnos al Agente Stone y a mà unos veinte, tal vez, treinta minutos? ¿Y traer aquà a Trudy Wellington?
Swann asintió. —Por supuesto.
Cuando se fue, Don mirГі a Luke.
—Un niño divertido —dijo Luke.
—Un niГ±o prodigio —dijo Don. —Mi objetivo aquГ es contratar a los mejores. Y cuando se trata de eso, no siempre es el tipo al que mejor le queda el traje. En tГ©rminos de tecnologГa, por lo general no es asГ. AquГ somos vaqueros, Luke, somos los niГ±os que sobrepasan los lГmites, eso es lo que quieren de nosotros. El mismo director del FBI lo dijo.
—Estoy contigo —dijo Luke.
—DeberГas. Eres uno de los mejores miembros de operaciones especiales que he visto en mi larga carrera y en cuanto a sobrepasar los lГmites... bueno...
De repente apareciГі una mujer joven en la puerta. En todo caso, era incluso mГЎs joven que el chico que se acababa de ir. Don estaba dotando de personal a este lugar con niГ±os. Esta chica, sin embargo, era hermosa. TenГa el pelo castaГ±o, largo y rizado. Llevaba una camisa de etiqueta y pantalones que abrazaban sus curvas. Llevaba unas gafas rojas grandes que le daban un ligero aspecto de bГєho.
—¿Don?
—Trudy, entra. Quiero que conozcas a Luke Stone, es el hombre del que te hablГ©. Luke, esta es Trudy Wellington. Ella es nuestra nueva agente de inteligencia. Es otra niГ±a prodigio, se graduГі en el Instituto de TecnologГa de Massachusetts (MIT) cuando era una adolescente, pasГі un par de aГ±os en puestos de escucha de la CIA. Ahora estГЎ con nosotros, lista para dar un gran salto al siguiente nivel de espionaje.
Luke le dio la mano a la joven. Ella era un poco vergonzosa, no se cruzarГa con los ojos de Г©l. Demonios, todavГa era una niГ±a.
Luke mirГі de un lado a otro entre Don y Trudy. NotГі algo en su lenguaje corporal...
No, era imposible, Don habГa estado casado durante treinta aГ±os. TenГa una hija y un hijo que eran mayores que esta tal Trudy.
—Trudy nos informará sobre la misión que tenemos entre manos.
Trudy se sentГі en la mesa de conferencias, Luke y Don hicieron lo mismo. Inmediatamente cogiГі el teclado, empujГі el pequeГ±o monitor hacia adelante y tecleГі su informaciГіn. El escritorio de su ordenador de oficina apareciГі en la gran pantalla plana de la pared.
—¿Ya sabes cómo se usa esto? —dijo Don.
—SГ, bueno... TenГamos cosas audiovisuales como esta en el MIT, por supuesto. No tanto como he visto en la CIA, pero imagino que lo tienen en alguna parte. Swann me dio acceso antes, creo que estaba presumiendo.
—De todos modos, es genial —dijo Don.
Luke asintiГі, casi se rГe de nuevo. ImaginГі a Don con su mirada fГ©rrea, como lo habГa conocido en los Гєltimos aГ±os: lanzГЎndose en paracaГdas en zonas de combate, dirigiendo a los hombres en el campo, matando implacablemente a los malos. ParecГa casi absurdamente orgulloso de su pequeГ±a agencia, sus artilugios de oficina y los jГіvenes civiles a los que manipulaba con tanta facilidad. Bueno, bien por Г©l.
En la pantalla, apareciГі una identificaciГіn del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos. Mostraba a un soldado de pelo cortado a cepillo, mandГbula ancha y mirada amenazadora. ParecГa sarcГЎstico, irritado y listo para asesinar a alguien de un solo golpe. ParecГa el tipo de persona que harГa su servicio de combate en el extranjero, luego volverГa a casa y pasarГa el rato metiГ©ndose en peleas de bar durante su tiempo libre. Un cliente rudo.
Luke habГa visto a muchos tipos asГ. De hecho, habГa dejado inconscientes a algunos de ellos.
—Voy a asumir que ninguno de vosotros tiene conocimiento previo del tema, o de la tarea en cuestiГіn —dijo Trudy. —PodrГa hacer que esta conversaciГіn fuera un poco mГЎs larga de lo necesario, o puede que no. Pero tiende a garantizar que todos estamos en la misma pГЎgina. ВїOs parece bien?
—Bien —dijo Don.
—Me parece bien —dijo Luke.
Ella asintió. —Entonces vamos a empezar. El hombre de la pantalla es el antiguo Sargento del Cuerpo de Marines, Edwin Lee Parr. Treinta y siete años, natural de Kentucky, al sur de Lexington. Veterano de guerra, que estuvo en activo tanto en la invasión de Panamá en 1989, como en la Guerra del Golfo. También fue desplegado en un papel de mantenimiento de la paz al final de la guerra de Kosovo. Corazón Púrpura y una Estrella de Bronce por un servicio meritorio durante la invasión de Panamá. Honorable baja en diciembre de 1999, después de doce años de servicio.
—Parr llegГі a casa y se pateГі todo el paГs durante un aГ±o y medio despuГ©s de eso, haciendo trabajos de seguridad. TenГa una licencia de transporte oculta y era sobre todo un guardaespaldas personal, principalmente para hombres de negocios, a menudo para comerciantes de diamantes. TrabajГі para una firma llamada White Knight Security y fue viviendo entre Nueva York, Miami, Chicago, Los ГЃngeles y San Francisco. Unos pocos viajes documentados a Tokio, Hong Kong y Londres, aunque no estГЎ claro cГіmo se manejaron las regulaciones sobre armas de fuego en esos casos.
Luke observГі los ojos enfurecidos del hombre. No parecГa un mal trabajo para un veterano de guerra. Sin mucha acciГіn, pero con mucho movimiento. Incluso podrГa gustarle a un hombre como...
—Luego llegó el once de septiembre —dijo Trudy.
—¿Se volvió a alistar? —dijo Luke.
Ella sacudiГі su cabeza. —No. En un corto perГodo de tiempo, hubo una enorme demanda de contratistas militares con experiencia. White Knight Security escindiГі una nueva divisiГіn llamada White Knight Consultants. Edwin Parr fue uno de los primeros expertos disponibles en la zona de combate. Hizo una gira por AfganistГЎn y ahora lleva veinticinco meses seguidos en Irak.
Luke estaba empezando a desear que fuera al grano. La idea de Edwin Lee Parr en un escenario de combate, sometido a poca o ninguna cadena de mando y ganando diez veces mГЎs que lo que ganan los soldados normales, irritaba a Luke, por decirlo suavemente.
—¿Veinticinco meses? —dijo Luke. —¿Qué está haciendo all� Quiero decir, ¿además de rellenar su cuenta bancaria?
—Edwin Parr parece haber cambiado de bando —dijo Trudy.
Hizo una pausa y apartó la vista del teclado y el ratón por un momento. —Las siguientes imágenes son muy gráficas.
Luke la mirГі fijamente.
—Creo que podremos manejarlo —dijo Don.
Trudy asintió. —Parr fue despedido de la White Knight hace cuatro meses, a pesar de haber tenido una relación de cinco años con ellos. White Knight niega el conocimiento de sus actividades o su paradero, y renuncian a la responsabilidad por sus acciones.
ApareciГі una nueva imagen en la pantalla. Mostraba tal vez una docena de cuerpos esparcidos por algГєn tipo de plaza del mercado. Los cuerpos casi no se podГan reconocer como humanos: habГan sido destrozados a causa de una bomba o algГєn tipo de arma de repeticiГіn de alto calibre.
—Parr estГЎ operando en el noroeste de Irak, en lo que se conoce como el TriГЎngulo SunГ, mГЎs allГЎ del alcance de las tropas de coaliciГіn. Tiene hasta una docena de anteriores contratistas, o posiblemente actuales, que operan con Г©l, asГ como lo que creemos que son uno o dos desertores del Cuerpo de Marines. Se cree que es responsable de ordenar una masacre de civiles que tuvo lugar en este mercado al aire libre de Faluya y se cree que esta es una imagen de las consecuencias de esa masacre. Hasta cuarenta personas pudieron haber muerto en el ataque.
Luke estaba interesado. —¿Por quГ© harГa eso?
ApareciГі una nueva imagen en la pantalla. Mostraba dos torsos quemados y sin cabeza colgando del paso elevado de un puente.
—Los cuerpos que se ven aquГ han sido identificados como los restos de los antiguos contratistas militares estadounidenses Thomas Calence, de treinta y un aГ±os y Vladimir GarcГa, de treinta y nueve aГ±os. Su jeep fue atacado por insurgentes sunГes. Fueron capturados, decapitados y les prendieron fuego. Cuando esto sucediГі, ninguno de los dos estaba en nГіmina como contratista militar. La masacre de la imagen anterior parece haber sido la represalia por la muerte de Calence y GarcГa, como parte de una serie creciente de ajustes de cuentas. Calence y GarcГa habГan estado de operaciones con Parr.
—¿Qué estaban haciendo? —dijo Luke.
ApareciГі una nueva imagen, un mapa del llamado TriГЎngulo SunГ.
—El TriГЎngulo SunГ era el bastiГіn de Saddam Hussein en Irak. El sur del paГs es principalmente chiГ y Saddam hizo grandes esfuerzos para reprimir a este pueblo, incluidas frecuentes masacres. El norte es principalmente kurdo y en todo caso, los kurdos recibieron un trato aГєn peor que los chiГes. Pero el norte central y el noroeste de Irak son sunГes. Saddam naciГі allГ y las gentes de allГ le son leales. Ha sido muy difГcil para los militares estadounidenses controlar esta regiГіn y gran parte de ella sigue siendo una zona prohibida. Creemos que Parr opera allГ porque es donde se oculta la mayor parte de la riqueza de Saddam.
—Parece que Parr ha estado descubriendo sistemáticamente escondites secretos de dinero, armas, diamantes, oro y otros metales preciosos, asà como coches de lujo. Encuentra estas cosas mediante el uso de la tortura y el asesinato de los ex lugartenientes de Saddam y la intimidación hacia la población local. Los lugareños odian a Parr y están tratando activamente de matarlo.
—Pero Parr ha reunido un pequeГ±o ejГ©rcito de hombres duros: asesores militares, varios de ellos antiguos miembros de operaciones especiales y, como ya he indicado, posiblemente dos desertores del Cuerpo de Marines. Todos sus hombres estГЎn curtidos en la batalla y Parr los estГЎ haciendo ricos, siempre y cuando puedan mantenerse vivos. En ese sentido, estГЎn tomando medidas cada vez mГЎs extremas para asegurarse de que asГ sea. Actualmente, estГЎn secuestrando a mujeres y niГ±as de las tribus locales. Creemos que las usan como escudos humanos. TambiГ©n es posible que vendan a algunas de ellas a Al Qaeda y a los miembros de las tribus chiГes del sur.
Trudy se detuvo.
—Está saqueando el tesoro enterrado de Saddam lo más rápido que puede y no permite que nadie se interponga en su camino.
—¿Cuál es nuestro papel en esto? —dijo Luke.
Don se encogiГі de hombros. —Somos el FBI, hijo. Iremos allГ, rescataremos a todos los que estГЎn recluidos contra su voluntad y arrestaremos a Edwin Lee Parr por secuestro y asesinato.
—Arrestarlo... —dijo Luke. —Por asesinato. En una zona de guerra, donde ya han muerto cientos de miles de personas.
DejГі que su mente digiriera eso durante un minuto.
Don asintiГі. —Correcto. Luego vamos a traerlo de vuelta aquГ, juzgarlo y encerrarlo. Este hombre, Parr, es un desastre y necesita limpiarse. Es un asesino, un mentiroso y un ladrГіn. EstГЎ ahГ, fuera del alcance de cualquiera, sin operar bajo el mando de nadie y se ha tomado la ley por su mano. EstГЎ cometiendo atrocidades por las que el pueblo iraquГ estГЎ culpando a los estadounidenses. Si continГєa, causarГЎ un incidente internacional, uno que echarГЎ a perder todos nuestros esfuerzos en Irak, AfganistГЎn y en el mundo entero.
Luke respiró hondo. —¿Cómo os imagináis que acabará esto?
Don y Trudy lo miraron fijamente.
Trudy hablГі. —Si aceptas el caso, la CIA te proporcionarГЎ la identidad de un contratista militar corrupto que intenta sacar tajada —dijo. —TГє y tu compaГ±ero accederГ©is solos al TriГЎngulo SunГ, encontrarГ©is las oficinas centrales de Parr, entre media docena de lugares sospechosos, os infiltrarГ©is en su equipo, lo arrestarГ©is y luego pedirГ©is que un helicГіptero haga la extracciГіn.
Luke gruГ±Гі, casi se rio. MirГі a la joven y encantadora Trudy, graduada en una universidad de Г©lite de la costa este. Por alguna razГіn, se centrГі en sus manos. Eran diminutas, inmaculadas, incluso hermosas. Dudaba que alguna vez hubieran sostenido un arma. ParecГa como si nunca hubieran levantado nada mГЎs pesado que un lГЎpiz, o que nunca en su vida se las hubiera manchado de barro. Sus manos deberГan estar en un anuncio de Palmolive. Sus manos deberГan tener programa de televisiГіn propio.
—Eso suena bien —dijo. —¿Se te ha ocurrido eso a ti sola? Puedo decirte que mi última extracción de helicóptero fue bastante bien. Mi mejor amigo murió, mi oficial al mando murió, casi todos murieron, en realidad. Las únicas personas que no murieron fuimos yo, un hombre que perdió la cabeza y otro que perdió sus piernas y la cabeza. Y... sabes, su capacidad para...
Luke se fue apagando, no querГa terminar esa frase.
—Ese tipo ya no me habla porque me pidió que lo matara y me negué.
Trudy mirГі a Luke con sus grandes y bonitos ojos. Las gafas hacГan que sus ojos parecieran mГЎs grandes de lo que realmente eran. Ella lo miraba, en este momento, como un cientГfico mira a un insecto a travГ©s de un microscopio.
—Eso es complicado —dijo ella.
—Es agua pasada —dijo Don. —O pierdes el miedo o no lo haces.
Luke asintió. Levantó las manos. —Lo sé, lo siento. Lo sé, ¿vale? Asà que, digamos que entro. ¿Qué pasa si Parr no quiere venir calladito? ¿Y si pasar el resto de su vida en la cárcel no le atrae exactamente?
Don se encogió de hombros. —Si se resiste al arresto, entonces tú acabas con su comando y con la capacidad de su grupo para operar, a través de cualquier medio que tengas disponible en ese momento.
—¿Te das cuenta de que estamos hablando de estadounidenses? —dijo Luke.
Ambos lo miraron, pero ninguno de los dos respondiГі. PasГі un largo momento. Era una pregunta estГєpida, por supuesto que se habГan dado cuenta.
—¿Lo quieres? —dijo Don.
PasГі un minuto antes de que Luke hablara. ВїLo querГa? Por supuesto que lo querГa. ВїQuГ© opciГіn tenГa? ВїQuГ© mГЎs podГa hacer? ВїSentarse en este edificio de oficinas y volverse loco? ВїSentarse aquГ y rechazar misiones hasta que Don finalmente captara el mensaje y lo dejara marchar? Para esto habГa sido contratado. Comparado con las cosas que habГa hecho anteriormente, ni siquiera era una misiГіn. Era prГЎcticamente una escapada de fin de semana.
Una imagen de Rebecca, ahora muy embarazada, en la cabaГ±a de su familia, apareciГі en la pantalla de su mente. Su hijo estaba creciendo dentro de ella, pronto estarГa aquГ. A pesar de este trabajo de oficina, a pesar del largo viaje, a pesar de que estaba ausente durante todo el dГa, cinco dГas a la semana, el mes pasado fue el mГЎs feliz que habГan pasado juntos.
ВїQuГ© iba a pensar Becca sobre esto?
—¿Luke? —dijo Don.
Luke asintiГі. —SГ, lo quiero.
CAPГЌTULO SIETE
18:15 Hora del Este
Condado de Queen Anne, Maryland — Orilla Oriental de la BahГa de Chesapeake
—Estás guapa —dijo Luke.
Acababa de llegar, se habГa quitado la camisa y la corbata y se habГa puesto unos vaqueros y una camiseta en cuanto entrГі por la puerta. Ahora tenГa una lata de cerveza en la mano. La cerveza estaba helada y deliciosa.
El trГЎfico era una locura. Fue un viaje de noventa minutos desde DC, a travГ©s de Annapolis, a travГ©s del puente de la BahГa de Chesapeake, hasta la costa este. Pero nada de eso importaba, porque ahora estaba en casa.
Г‰l y Becca se alojaban en la cabaГ±a de su familia en el condado de Queen Anne. La cabaГ±a era un lugar antiguo y rГєstico asentado en un pequeГ±o acantilado, justo sobre la bahГa. TenГa dos pisos, toda de madera, con chirridos y crujidos por cualquier parte que pisaras. HabГa un porche cubierto frente al agua y una puerta de la cocina que se cerraba de golpe con entusiasmo.
Los muebles del salГіn tenГan generaciones de antigГјedad. Las camas eran viejos esqueletos de metal con muelles; la cama del dormitorio principal era casi lo suficientemente larga, pero no del todo, para que Luke pudiera dormir cГіmodamente en ella. De lejos, la cosa mГЎs resistente de la casa era la chimenea de piedra en la sala de estar. Era casi como si la vieja chimenea ya estuviera y alguien con sentido del humor hubiera construido una choza de tablillas a su alrededor.
A decir verdad, la casa habГa pertenecido a la familia durante cien aГ±os. Algunos de los primeros recuerdos de Becca ocurrieron en esa casa.
Realmente era un lugar hermoso, a Luke le encantaba.
Estaban sentados en el patio trasero, disfrutando de la tarde mientras el sol se perdГa lentamente por el oeste, sobre la vasta extensiГіn de agua. Era un dГa ventoso y habГa velas blancas por todas partes. Luke casi deseaba que el tiempo se detuviera y poder simplemente sentarse en este lugar para siempre. El escenario era increГble y Becca estaba realmente hermosa, Luke no estaba mintiendo.
Era bonita como siempre y casi tan pequeГ±a. Su hijo era una pelota de baloncesto que se escondГa debajo de su camisa. HabГa pasado parte de la tarde cavando un poco en su jardГn y estaba un poco sudada y enrojecida. Llevaba una gran pamela flexible y se estaba bebiendo un gran vaso de agua helada.
Ella sonrió. —Tú tampoco estás nada mal.
Una larga pausa se extendiГі entre ellos.
—¿CГіmo ha ido el dГa? —dijo ella.
Luke le dio otro trago a su cerveza. CreГa que cuando se estaban gestando los problemas, lo que debГa hacer era ir al grano. Andarse por las ramas no era normalmente su estilo. Y Becca se merecГa escucharlo de inmediato.
—Bueno, ha sido diferente. Don está llenando el lugar de empleados. Hoy dejó caer un proyecto en mis manos.
—Bueno, eso es bueno —dijo Becca. —Son buenas noticias, ¿verdad? ¿Algo a lo que hincarle el diente? Sé que has estado un poco aburrido en el trabajo y frustrado por el trayecto diario a la oficina.
Luke asintiГі. —Claro, es bueno, podrГa serlo. Es trabajo policial, supongo que asГ lo llamarГas. Somos el FBI, Вїverdad? Eso es lo que hacemos. Lo malo es que, si asumo la misiГіn y realmente, no tengo muchas opciones ya que es mi trabajo, tendrГ© que salir de la ciudad unos dГas.
Luke podГa oГrse titubear y perder el tiempo. No le gustaba cГіmo sonaba eso. ВїSalir de la ciudad? ВїEra una broma? Don no lo estaba enviando a Pittsburgh.
Ahora Becca sorbió su agua. Sus ojos lo miraron por encima del vaso. Eran ojos cautelosos. —¿A dónde tienes que ir?
AquГ venГa, mГЎs valdrГa sacarlo fuera.
—A Irak.
Sus hombros se desplomaron. —Oh, Luke, por favor. —ella suspiró pesadamente. —¿Quiere que vayas a Irak? Acabas de volver de Afganistán y casi te matan. ¿No se da cuenta de que estamos a punto de tener un bebé? Quiero decir, él lo sabe, ¿verdad?
Luke asintió. —Te ha visto, nena. ¿Recuerdas? Te trajo a verme.
—Entonces, ¿cómo puede siquiera pensar en esto? Espero que le hayas dicho que no.
Luke tomГі otro trago de cerveza. Estaba un poco mГЎs caliente ahora, no tan deliciosa como hacГa un momento.
—¿Luke? Le has dicho que no, ¿verdad?
—CariГ±o, es mi trabajo. No hay muchos trabajos disponibles como este para mГ. Don me lanzГі una cuerda y me salvГі el pellejo. El EjГ©rcito iba a decir que tenГa Trastorno de EstrГ©s PostraumГЎtico y me echarГan a perder. Eso no sucediГі gracias a Don, asГ que no tengo mucho margen para decirle ahora que no. Tal y como van las cosas, es una tarea bastante fГЎcil.
—Una tarea fácil en una zona en guerra —dijo Becca. —¿Cuál es el trabajo? ¿Asesinar a Osama bin Laden?
Luke sacudió la cabeza. —No.
—¿Entonces qué?
—Hay un contratista militar estadounidense allГ que estГЎ fuera de control. EstГЎ saqueando viejos escondites de Saddam Hussein y robando dinero, obras de arte, oro, diamantes... Quieren que un compaГ±ero y yo lo arrestemos. No es una operaciГіn militar en absoluto, es un trabajo de policГa.
—¿QuiГ©n es el compaГ±ero? —dijo ella. PodГa ver en sus ojos que estaba pensando en lo que le habГa pasado a su Гєltimo compaГ±ero.
—No lo he conocido todavГa.
—¿Por quГ© no mandan a la policГa militar a que haga esto?
Luke sacudió la cabeza. —No es asunto de los militares. Como he dicho, es un asunto policial. El contratista es técnicamente un civil, quieren dejar clara la diferencia.
Luke pensГі en todas las cosas que estaba dejando de lado. La naturaleza inquieta de la regiГіn y la feroz lucha que se estaba desarrollando allГ. Las atrocidades que Parr habГa cometido, el equipo de operadores rudos y asesinos implacables que habГa acumulado a su alrededor. La desesperaciГіn que debГan sentir ahora mismo de salir con vida, ilesos, con todo su botГn y sin ser capturados por la justicia. Los hombres muertos, decapitados, quemados y colgados de un puente.
De repente, Becca se echГі a llorar. Luke dejГі la cerveza y se acercГі a ella. Se arrodillГі junto a su silla y la abrazГі.
—Oh Dios, Luke, dime que esto no va a empezar de nuevo. No creo que pueda soportarlo, nuestro hijo está en camino.
—Lo sГ© —dijo Г©l. —Lo sГ©. No va a ser como antes, no es un despliegue. Me irГ© tres dГas, tal vez cuatro. ArrestarГ© a un tГo y lo traerГ© a casa.
—¿Y si mueres? —dijo ella.
—No voy a morir, voy a tener mucho cuidado. Probablemente ni siquiera tendré que sacar mi arma.
Casi no podГa creer las cosas que le estaba diciendo.
Ella ahora estaba temblando a causa de las lГЎgrimas.
—No quiero que vayas —dijo ella.
—Lo sé, cariño, lo sé. Pero tengo que hacerlo. Será muy rápido. Te llamaré todas las noches, y puedes quedarte con tus amigas. Luego volveré y será como si nunca me hubiera ido.
Ella negГі con la cabeza, las lГЎgrimas caГan con mГЎs dureza ahora. —Por favor —dijo ella. —Por favor, dime que va a ir bien.
Luke la estrechГі con fuerza, teniendo en cuenta que el bebГ© crecГa dentro de ella. —Va a ir bien, va a ir fantГЎstico. SГ© que asГ serГЎ.
CAPГЌTULO OCHO
5 de mayo
15:45 Hora del Este
Base Conjunta Andrews
Condado de Prince George, Maryland
—Tú eres el jefe —dijo Don.
Era un par de centГmetros mГЎs alto que Luke y un poco mГЎs ancho. Con el cabello gris de Don, su tamaГ±o, su edad y su experiencia... bueno, Luke siempre se sintiГі un poco como un niГ±o al lado de Don.
—No dejes que se olviden de quiГ©n estГЎ al mando. Yo irГa contigo, pero estoy hasta arriba de reuniones. Eres mi representante. En lo que respecta a este viaje, tГє eres yo.
Luke asintió. —Está bien, Don.
Caminaban por un pasillo largo y ancho a travГ©s de la terminal. Enjambres de personas, en su mayorГa con uniformes de varios tipos, se arremolinaban, moviГ©ndose de un lado a otro. La gente estaba de pie y comiendo en el Taco Bell y en el Subway. Hombres y mujeres se abrazaban, montones de equipaje pasaban en carros. El lugar estaba lleno, habГa dos guerras a la vez y en todos los servicios armados, el personal estaba en movimiento.
—Tenemos un nuevo tipo que se va a unir a ti. Él es tu compañero, pero tú eres el socio mayoritario. Su nombre es Ed Newsam. Me gusta, es grande, jodidamente arrogante y joven. Lo saqué de las Delta, aunque sólo ha estado allà un año.
—¿Un año? Don…
—En un año, ya se ha desenvuelto de forma admirable. Créeme, vas a estar contento de que haya contratado a este tipo. Es una bestia, un animal, como lo eras tú a esa edad.
A los treinta y dos, Luke ya empezaba a sentirse viejo. HabГa vuelto al gimnasio en las Гєltimas semanas y de repente se le hacГa cuesta arriba ponerse en forma. Esa fue una sorpresa muy desagradable, se habГa abandonado durante su estancia en el hospital.
—Trudy y Swann viajan contigo, pero no van al escenario contigo. PermanecerГЎn en la Zona Verde donde estarГЎn seguros y te ofrecerГЎn orientaciГіn e informaciГіn desde allГ. Bajo ninguna circunstancia debes ponerlos en peligro. No son personal militar, ni lo han sido nunca.
Luke asintió. —Entendido.
Don se detuvo. Se volviГі para mirar a Luke, sus duros ojos se suavizaron un poco. Era como si fuera el padre de Luke, el padre que nunca tuvo. Don era un padre grande, de pelo gris, de torso ancho y la cara como un bloque de granito.
—Vas a hacerlo bien, hijo. Ya has ocupado antes posiciones de mando, has estado en zonas de guerra y en misiones difГciles, misiones imposibles. Esta no es asГ, esta tiene la mandГbula de cristal, Вїvale? PapГЎ Cronin ejecutarГЎ esta operaciГіn en tierra. Г‰l te cubrirГЎ las espaldas y se asegurarГЎ de que tengas a la gente que necesitas en el aire por encima de ti y a un paso por detrГЎs de ti.
Luke se alegrГі de escuchar eso. Bill Cronin era un Agente Especial de la CIA. HabГa estado en la zona varias veces, tenГa mucha experiencia en Oriente Medio. Luke habГa servido bajo su mando dos veces antes: una vez cedido por las Fuerzas Delta a la CIA y una vez durante una operaciГіn especial conjunta.
Don continuó. —Espero que vosotros entréis allà y que Parr deje caer su arma y levante las manos. Se sentirá aliviado de que no seas Al Qaeda. Necesitamos una victoria temprana para demostrar a los congresistas que vamos en serio, asà que he completado tu planificación de vuelta con un retorno fácil. Pero no le digas eso a los demás, piensan que esto es la cosa más seria de la historia.
Luke sonrió y negó con la cabeza. —Está bien, Papá.
—Te revolverГa el pelo, pero eres demasiado viejo, —dijo Don.
MГЎs allГЎ de la puerta habГa una pequeГ±a sala de espera. Tres filas, de cinco asientos cada una, estaban agrupadas frente a un escritorio y detrГЎs del escritorio, la puerta de la pista. El escritorio estaba abandonado y nadie se sentaba en las sillas, era un ГЎrea vacГa de la terminal.
A travГ©s de los grandes ventanales, Luke pudo ver un pequeГ±o aviГіn azul del Departamento de Estado estacionado y esperando fuera. Una escalera plegable conducГa a la puerta abierta de la cabina del aviГіn.
Un grupo de tres personas se arremolinaba en la puerta. Dos de ellos eran Trudy Wellington y Mark Swann. Trudy era pequeГ±a y lo parecГa a cada centГmetro. Swann era alto y delgado, pero se veГa encogido por el tercer miembro de su grupo, un hombre negro con vaqueros y chaqueta de cuero. El hombre negro se quedГі solo, un poco alejado de Trudy y Swann. TenГa una mochila verde en el suelo a sus pies.
—¿Ese es el tipo? —dijo Luke. —¿Newsam?
Don asintió. —Ese es el chico.
Luke se empapГі de Г©l mientras se acercaban. ParecГa medir dos metros de alto, sus hombros eran anchos, al igual que su pecho. Debajo de su chaqueta de cuero, llevaba una camiseta blanca que se aferraba a su enorme musculatura. ParecГa que alguien se la habГa pintado. Sus brazos estaban cubiertos por la chaqueta, pero sus puГ±os eran enormes. Llevaba botas de trabajo amarillas en sus grandes pies. ParecГa el dibujo animado de un superhГ©roe.
Excepto por su cara, era tan arrogante y tan joven como la de cualquier niГ±o de instituto. No habГa una arruga en Г©l.
—¿Este tipo ha combatido antes? —dijo Luke.
Don asintiГі de nuevo. —SГ.
—Bueno, tú eres el jefe.
—SГ, lo soy.
Cuando llegaron hasta el grupo, los tres se giraron. Los ojos de Trudy y Swann estaban enfocados en Don, su jefe. El reciГ©n llegado, Newsam, mirГі a Luke.
—Gracias por venir, todos. Trudy y Mark, habéis tenido la oportunidad de conocer a Luke Stone, vuestro comandante en este viaje. Luke ha sido uno de los mejores miembros de operaciones especiales con los que he tenido el placer de servir, en el Ejército de los Estados Unidos. Luke, este es Ed Newsam, con quien no he servido, pero sobre el que he escuchado cosas espectaculares.
Los dos hombres se dieron la mano. Luke mirГі a los ojos del hombre mГЎs grande. Newsam no hizo nada explГcito; por ejemplo, no intentГі aplastar la mano de Luke con la suya. Pero sus ojos lo decГan todo: TГє no mandas en mГ.
Luke lamentaba estar en desacuerdo, pero este no era el momento ni el lugar para preocuparse por eso. Sin embargo, si iban a trabajar juntos, especialmente en una zona de combate, ese momento casi seguro que llegarГa.
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